A rey muerto, rey puesto
Los destinos de sol y playa están entre los preferidos por la mayoría de los visitantes europeos que viajan a Centroamérica y el Caribe. Especialmente los españoles representan una parte importante del mercado europeo. Por ello muchas compañías aéreas han establecido vuelos directos hacia la Isla. Plus Ultra, ha sido la última en hacerlo y es la cuarta de nacionalidad española que lo hace. Su objetivo es inaugurar la ruta Barcelona-Habana, la cual representa el segundo enlace directo de una ciudad española con Cuba, el primero fue la capital, Madrid. Como bien reza un viejo proverbio: donde las dan las toman. Resulta que ante lo atractivo que es el mercado cubano otros vendrán a ocupar el lugar que no llenen las compañías americanas, las cuales han visto afectada sus operaciones desde el momento en que Trump restringió los viajes a Cuba.
Cuba y específicamente su capital, La Habana, es uno de los destinos turísticos más atractivos de Centroamérica y el Caribe. Además, tiene una posición geográfica justo en el centro del continente americano, que la hacen privilegiada. Por todo lo anterior, muchas compañías aéreas han puesto los ojos en la isla caribeña para extender hasta allí sus operaciones.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos colocó a la Isla en todos los titulares e, indiscutiblemente, abrió una amplia gama de oportunidades para hacer negocio con esta. Anterior a la fecha, eran alrededor de 100 las líneas aéreas que volaban a Cuba, pero el hecho anteriormente mencionado, disparó el interés. Las aerolíneas norteamericanas fueron las más beneficiadas y establecieron rápidamente vuelos regulares hacia todas las ciudades del país. Sin embargo, los recientes anuncios del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hacen que muchos vean un futuro no muy positivo para el negocio de los viajes a Cuba.
En este contexto, una nueva aerolínea estableció un vuelo directo desde Barcelona hasta la capital cubana. Plus Ultra llega a Cuba luego de otras aerolíneas españolas como Europa Airlines e Iberia. Según directivos de la empresa el destino Habana ha tenido muy buena aceptación por parte de los clientes y se está vendiendo maravillosamente. El mismo cuenta con una frecuencia semanal y se realiza en código compartido con la compañía bandera de la Isla, Cubana de Aviación. Resulta que la condición de Cuba de afamado centro turístico atrae a muchos viajeros que desean probar los excelentes precios, las preciosas playas, las bellas ciudades y conocer la fascinante cultura cubana.
Como bien reza un viejo proverbio: “Donde las dan, las toman”. Pues ante lo atractivo que es el mercado cubano otros vendrán a ocupar el lugar que no llenen las compañías americanas, las cuales han visto afectada sus operaciones desde el momento en que Trump restringió los viajes a Cuba. El negocio representa una buena oportunidad para el mercado turístico cubano, tanto estatal como privado, pues podrá recibir a un mayor número de visitantes, lo que se traduce en mayores ganancias. Tan solo en lo que va de año más de 69.500 visitantes de la nación ibérica han visitado Cuba, lo cual representa un crecimiento del 16% con respecto a igual período de 2016. En tanto, para las compañías aéreas es un nuevo nicho que comenzará a ser explotado a partir del primero de julio venidero. Del mismo modo, la Habana servirá como punto de enlace con otros destinos del continente como Canadá, República Dominicana, Colombia y México. En resumen, es un excelente trato el efectuado entre las empresas cubana y española, es un negocio donde todos ganan.
De lo anterior se deduce el daño económico que inflige el presidente de los Estados Unidos a sus propias empresas. Solamente hay que tener en cuenta que el promedio estimado de viajeros desde el país norteño hacia la isla sería de 2 millones, de no existir las restricciones actuales. Cuba no ha tenido problema en encontrar compañías que continúen haciendo negocios en la isla. Mientras, una política discriminatoria, como el Bloqueo a Cuba, daña los intereses económicos de las compañías norteamericanas. Esto suena un poco contradictorio ante el conocido discurso de Trump de beneficiar a las empresas de sus nacionales por sobre todas las cosas.
