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domingo, 18 de junio de 2017

De Mistura continúa esperanzado con diálogo intersirio

Por Elizabeth Almeida

Los dos primeros encuentros para el diálogo no arrojaron ningún resultado relevante por las firmes predisposiciones con que se enfrentaron ambas partes en la mesa de diálogo. La tercera fecha planificada fue saboteada por grupos opositores radicados en Riad, Arabia Saudí que exigieron condiciones previas antes de tomar cualquier tipo de acuerdo. De Misutra ha declarado en varias ocasiones que el objetivo fundamental de estas conversaciones es lograr establecer en Siria un gobierno inclusivo, que sepa lidiar con la profunda crisis que atraviesa la nación, dividida entre el gobierno actual, las facciones opositoras y los grupos terroristas. En esta nueva etapa de los diálogos, que llevaron a Ginebra un proceso iniciado en Astaná, nuevamente vuelven a hacer acto de presencia las delegaciones rusas y norteamericanas quienes juegan un papel fundamental en la actual situación del país árabe.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, señaló que espera convocar en julio la séptima ronda de las conversaciones en Ginebra entre el Gobierno y representantes opositores. Mistura declaró a la prensa de la ciudad suiza que las negociaciones tienen que ser en julio y afirmo que de esa manera serán. Según el mediador, no está en condiciones de precisar una fecha para el retorno al diálogo de las partes en conflicto.

Los negociadores acordaron en marzo discutir sobre 4 temas centrales: las elecciones, la nueva Constitución, la gobernanza inclusiva y la lucha antiterrorista. En la 6ta ronda realizada también en Ginebra y celebrada el pasado mes, el Gobierno y los opositores sirios aceptaron realizar encuentros a un elevado nivel de expertos sobre temas constitucionales y legales, decisión reconocida por la ONU. De Mistura insistió en la importancia del respeto al alto y el fuego fijado en diciembre pasado y en el éxito de las 4 zonas de distensión promovidas por Rusia, Turquía e Irán para potenciar el cese de las hostilidades.

A su juicio, resulta clave generar un escenario propicio para las negociaciones dirigidas a detener más de 6 años de una guerra en el país levantino, a la cual se atribuyen cientos de miles de muertos y millones de desplazados internos y refugiados. El gobierno de Bashar al Assad aceptó participar en estas conversaciones con los insurgentes atendiendo a la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aunque precisó entre las condicionantes que no existiera injerencia extranjera.

Los dos primeros encuentros para el diálogo no arrojaron ningún resultado relevante por las firmes predisposiciones con que se enfrentaron ambas partes en la mesa de diálogo. La tercera fecha planificada fue saboteada por grupos opositores radicados en Riad, Arabia Saudí que exigieron condiciones previas antes de tomar cualquier tipo de acuerdo. De Misutra ha declarado en varias ocasiones que el objetivo fundamental de estas conversaciones es lograr establecer en Siria un gobierno inclusivo, que sepa lidiar con la profunda crisis que atraviesa la nación, dividida entre el gobierno actual, las facciones opositoras y los grupos terroristas. En esta nueva etapa de los diálogos, que llevaron a Ginebra un proceso iniciado en Astaná, nuevamente vuelven a hacer acto de presencia las delegaciones rusas y norteamericanas quienes juegan un papel fundamental en la actual situación del país árabe.

En el cuarto encuentro celebrado por las partes quedó en evidencia que los temas referentes al terrorismo y la transición política no iban a desembocar en acuerdo de manera fluida por la gran cantidad de contradicciones en los intereses de todas las partes citadas. Por la parte del actual gobierno, el embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bashar Jaafari, ha intentado centrar las conversaciones en torno al terrorismo que azota a la nación mientras que por la parte opositora, Nasr al-Hariri y Mohammad Sabra, el tema de la transición política ha cimentado sus intervenciones desde un inicio. Hasta ahora destaca que la única posibilidad de que fluyan estos diálogos de manera adecuada es una reducción significativa de la violencia en el territorio.

El conflicto en Siria tuvo sus inicios en el año 2011 y se mantiene en la actualidad. Esta confrontación inició con las Fuerzas Armadas de Siria del gobierno del presidente Bashar al-Asad, contra grupos armados rebeldes de diversa índole, conocidos en Occidente como la oposición siria. Más adelante, numerosos grupos y combatientes de los rebeldes se unieron a los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante, también conocido como Daesh, lo que le permitió a este último expandirse e invadir vastas extensiones de Siria desde las zonas que ya ocupaba en Irak. Sin embargo, algunos grupos rebeldes yihadistas combaten tanto contra el gobierno como contra el Estado Islámico, y actualmente existen diversas confrontaciones entre las facciones rebeldes.