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viernes, 30 de junio de 2017

El impuesto sobre el tabaco puede salvar vidas

Por Diana Lorenzo

La conciencia no ha sido suficiente para frenar el consumo desenfrenado de tabaco en el mundo. Cada día cientos de nuevos fumadores, la mayoría adolescentes y jóvenes, adquieren el hábito. Medidas para frenarlo se han adoptado muchas: prohibir publicidad que incite tomar un cigarrillo en la mano, no permitir que se fume en lugares públicos, poner un límite de edad en las instituciones que los expenden para que menos de edad no tengo acceso a él... pero todo ha sido en vano. El cigarro continúa ganando la batalla. Ante este panorama solo resta una alternativa, aumentar el precio del tabaco, aplicando impuestos sobre el consumo.

Según un sondeo realizado en diferentes países, con niveles y estilos de vidas desiguales, ha demostrado que es este el método más efectivo. Los precios elevados no solo inducen a abandonar el hábito del tabaco, por resultar insostenible, sino que evitan que otros se inicien en el hábito. De igual modo ha disminuido considerablemente las cifras de recaídas en fumadores que abandonan el cigarro.

Aunque suene abusivo para quien tenga adicción al cigarrillo, los cálculos demuestran que un aumento del precio de un 10% por paquete de cigarrillos debería generar una reducción de la demanda de aproximadamente un 4% en los países de ingresos altos, y de entre un 4% y un 8% en los países de ingresos bajos y medios. El grupo en el que mayor impacto tiene la medida es en los niños y adolescentes, generalmente por la dependencia económica que tienen de sus padres, y no poder sufragarse estos “lujos”.

Medidas de este tipo no son arbitrarias ni infundadas. El sexto artículo del documento nombrado Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, "Medidas relacionadas con los precios e impuestos para reducir la demanda de tabaco", acepta y reconoce la importancia de esas políticas. De hecho, solicita a los gobiernos que apliquen políticas tributarias y políticas de precios que contribuyan alcanzar sus objetivos de salud nacionales. Sin embargo la realidad es otra. Actualmente, sólo 33 países en el mundo, imponen impuestos que representen más del 75% del precio de un paquete al por menor. La OMS plantea que no obstante, el cigarro genera altos costes a los sistemas de salud. Cerca de un 0.5% del PIB de Latinoamérica se invierte en gastos asociados al consumo del cigarro.

Los daños para la salud asociados al tabaco son enormes y cada vez más asombrosos, Por ejemplo, cifras de la OMS aseguran que más de la mitad de los consumidores de tabaco mueren por su causa. Anualmente, cerca de 7 millones de personas fallecen,  6 millones de ellos son consumidores del producto y cerca de los 890 mil, apenas son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. ¿Entonces...será que vale la pena?