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domingo, 18 de junio de 2017

La imagen de nuestro entorno

Por Miss GD

Debido al cariz catastrofista del tema, muchas de las tragedias ambientales que han sucedido a lo largo de la historia han sido recogidas por la prensa, la radio y la televisión y relatadas más bien en sentido sensacionalista, dígase el accidente de la central nuclear de Three Mile Island en 1979, y el de Chernobil en el año 1986. Sin embargo, el cine y el Medio Ambiente se han relacionado desde sus inicios, a pesar de los problemas con el tratamiento de las temáticas ambientales, pues se ha vinculado activamente a la lucha por la defensa de las numerosas causas medioambientales.

El tema de los estudios ambientales se ha vuelto fuente de preocupación en las naciones de todo el mundo. Los recientes sucesos sobre el acuerdo de París vuelven a crear cierto ambiente de incertidumbre sobre lo que debiera haber constituído un antes y un despúes en la historia de las luchas medioambientales. En momentos como estos, el periodismo se erige como un arma a tener en cuenta y considerar. De especial manera destaca el papel del audiovisual que descde hace unas décadas se ha convertido en un bastión fundamental para organizaciones y proyectos ambientalistas. Un estudio de la Universidad complutense de Madrid realizado en el año 2010 revela que la prensa y televisión constituyen las principales fuentes de información ambiental de las audiencias en países tan poblados como Estados Unidos y España, aún cuando los trabajos periodísticos televisivos acerca de temas medioambientales no han sido analizadas exhaustivamente y que los medios no los difunden correctamente y con frecuencia.

Por supuesto, debido al cariz catastrofista del tema, muchas de las tragedias ambientales que han sucedido a lo largo de la historia han sido recogidas por la prensa, la radio y la televisión y relatadas más bien en sentido sensacionalista, dígase el accidente de la central nuclear de Three Mile Island en 1979, y el de Chernobil en 1986. Sin embargo, el cine y el Medio Ambiente se han relacionado desde sus inicios, a pesar de los problemas con el tratamiento de las temáticas ambientales, pues se ha vinculado activamente a la lucha por la defensa de las causas medioambientales.

Europa fue el primer productor de estos documentales y filmes dedicados al Medio Ambiente y la naturaleza y Robert Flaherty fue uno de los cineastas cimás representativo de esa etapa con producciones como Nanuk el esquimal, de 1922, que evidenciaba la relación del hombre con el entorno natural y Moana, de 1925, que incluye además del exotismo del paisaje natural, tópicos románticos en la historia de un habitante de la isla de Savaii, enamorado de la bella Fa'ángasi. Sus creaciones audiovisuales dieron pie al desarrollo de una amplia serie de documentales ambientados en parajes exóticos como La Croisière noire (1925) de Léon Poirier, Grass (1926) de Meriam C. Cooper y Ernest Schoedsack, Simba (1928) de Martin y Osa Johnson.

A partir de 1960 cobró auge nuevamente este movimiento ambientalista audiovisual con las producciones de la National Geographic Society y series como Reino Salvaje (1963) y América Salvaje (1981). España también fue uno de los países que más se destacó en la producción de series de televisión sobre temáticas ambientales como las producciones anteriormente citadas, de Félix Rodríguez de la Fuente, Planeta Azul, de 1970 y El hombre y la Tierra de 1974. En el Reino Unido en 1984, se establecieron en Londres la televisión para el Medio Ambiente (TVE), además del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Central de Televisión de Gran Bretaña, que incuye los principios del desarrollo sostenible en los programas sobre ciencia y Medio Ambiente que produce. (Roselló y Del Toro, 2003).

Igualmente, la British Broadcasting Corporation (BBC), también radicada en Londres, ha producido desde su surgimiento una gran cantidad de documentales sobre Medio Ambiente. Actualmente esta televisora en conjunto con Discovery Chanel son unos de los mayores y más importantes realizadores de este tipo de audiovisuales, ejemplo de ello es la serie Animal Plantet. A pesar de ello aún es carente la labor que se realiza en los medios de prensa sobre temas ambientalistas y en otros casos resulta en un divorcio aplastante pues se considera el lenguaje científico muy alejado de los públicos meta de las emisiones. La clave está en encontrar el balance necesario para informar y convencer de una forma amena  e instructiva ya sea a través de la imagen o de la valiosa palabra escrita.