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sábado, 15 de julio de 2017

Andy Murray, el tenista íIono del feminismo

Por Mayli

El tenista escocés Andy Murray se declaró feminista cuando en 2016 tuvo que defenderse de las críticas tras escoger como entrenadora personal a la francesa Amélie Mauresmo, una manager muy talentosa y de experiencia profesional. No obstante para la mayoría el talento no contaba, solo su condición de mujer, y Murray escribió una columna para dejar clara su decisión y el apoyo a Mauresmo. Ahora en Wimbledon lo vuelve hacer, cuando corrigió la pregunta de un periodista con total desconocimiento o lenguaje sexista en una rueda de prensa a propósito de su derrota en cuartos de final a manos del estadounidense Sam Querrey.

El escocés Andy Murray, acaba de dejar en el famoso torneo de tenis de Wimbledon, una píldora del feminismo que enarbola, solo por la convicción que tiene de la igualdad de género. Murray, quien en sus inicios fue entrenado por su madre, Judy Murray, siempre ha sido un activista desde los hechos y las palabras. En 2016, se vio obligado a defenderse de las críticas, tras contratar a una mujer como su entrenadora, la francesa Amélie Mauresmo, ganadora del Wimbledon y el Australia Open. Murray no entendía cómo no bastaba el talento, y las críticas solo se centraban en el hecho de que Mauresmo era mujer. El británico los despachó simplemente: « Estaba clasificado undécimo en septiembre de 2014, ahora estoy en tercer lugar, eso habla por sí mismo», afirmó en ese entonces Murray. En esa época se posicionaría a favor de la igualdad en el tenis entre hombres y mujeres. « ¿Me he convertido en una feminista? Bueno, si ser feminista es sobre luchar para que una mujer sea tratada como un hombre, entonces sí, supongo que lo soy», dijo en aquella ocasión. Sucede también que según las propias palabras de Murray, este fue criado por mujeres, y ha visto a lo largo de su carrera cuanto han padecido y cuanta es su fortaleza. Quizás su principal inspiración es su madre, Judy. 

Para esa familia nada ha sido sencillo, si bien la señora de casa, Judy Murray pudo ostentar en 2016, el orgullo familiar de tener dos hijos números uno del tenis, en singles y dobles. Pero en 1996, cuando 16 niños murieron tras un ataque a un colegio de Escocia con armas, la madre de los Murray quedó en shock, pues a pocos metros del triste suceso, en el aula contigua, estaban sus dos hijos, Andy de 8 años y Jamie, de 10 años. Quiso el destino que luego de ello, esos niños se convirtieran en referentes de deporte mundial, e incluso de luchas de minorías, como la de la igualdad femenina. «Por mi crianza se trata de algo con lo que estoy acostumbrado. Comencé a jugar tenis por mi mamá, he tenido una relación muy cercana con mis abuelas y siempre he estado rodeado de mujeres. Encuentro más fácil hablar con ellas, me resulta más fácil abrirme ante ellas», mencionó en una ocasión Murray, quien está casado y tiene una hija de un año de edad. O sea, seguirá rodeado de mujeres. Murray ha dado muchas pistas de su posición en contra de la desigualdad de género. Durante los Juegos Olímpicos de 2016, en Río de Janeiro, luego de obtener su segunda medalla dorada de los juegos, tuvo que corregir a un periodista de la BBC, cuando este señaló que Murray era el primer tenista en ganar dos medallas de oro en el tenis olímpico. Murray, quizás no conocía, que antes, un chileno, Nicolás Massú, ya había conseguido tal hazaña, pero lo paró en seco, y con un tono irónico le recordó que tanto Serena Willliams, como su hermana Venus, se habían dado banquetes de medallas de oro en los Juegos Olímpicos. 

Por estos días volvió al ruedo, y después de caer en cuartos de final en Wimbledon, contra el estadounidense Sam Querrey, volvió a corregir a otro periodista, que con tal de enaltecer al norteamericano, se olvidó de lo conseguido por dos atletas extraordinarias como las hermanas Williams. Por supuesto, Murray no dejaría pasar el desliz y con solo dos palabras le dio una lección de vida y de carrera al profesional de la información. «Primer tenista estadounidense en alcanzar las semifinales de un Grand Slam», dijo el interrogador, mientras Murray le corregía, «tenista hombre». No sé cómo alguien pudiera borrar los logros de las Williams, o enfocarse solamente en el género. Por supuesto, enseguida llegaron repercusiones a favor del tenista Andy Murray, la principal de ellas de su madre, quien en las redes sociales escribiría «Ese es mi niño», y hasta la ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, le haría un comentario plausible donde se dejaba leer que el tenista era una estrella dentro y fuera de la cancha.