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lunes, 3 de julio de 2017

Bella: ¿Enferma del Síndrome de Estocolmo?

Por ReyKewelta

Hace unas cuantas semanas se estrenó una nueva película de Walt Disney: La Bella y la Bestia, a raíz de la que ha resurgido el análisis de un tema en concreto. Nuestra interrogante estriba en que si Bella, uno de los iconos de muchas niñas de todos los tiempos, padecía de Síndrome de Estocolmo. El personaje estuvo retenido por un periodo de tiempo, que, si bien no se precisa en el filme, se supone por la trama que fue bastante largo. La Bestia, por su parte, no se encontraba dispuesta a aceptar la realidad que se desarrollaba hacia las afueras de su castillo y la Bella tampoco, pues no se sentía identificada con esta. Por último, ambos personajes generaron sentimientos afectivos entre ellos.

El Síndrome de Estocolmo ha suscitado gran debate entre los psicólogos de todo el mundo, sin embargo, hay cierto consenso en algunos aspectos entre los que se destacan que los secuestrados tienen sentimientos negativos hacia las autoridades y sentimientos positivos hacia el captor, y a su vez, este último, desarrolla sentimientos positivos hacia los secuestrados. Además, hay que añadir que, este síndrome no afecta a todos los rehenes, sino que es catalogado por los expertos, como un mecanismo de defensa ante una situación traumática determinada, en el que influye considerablemente el nivel de vulnerabilidad de las víctimas.

Por otra parte, es necesario que confluyan algunos factores para que este trastorno se desarrolle, como, por ejemplo, que el secuestro se extienda por períodos largos de tiempo, además en ese plazo, los secuestradores deben mantener el contacto directo con los secuestrados y hacerlo de una manera muy amable, y que la víctima se identifique con las actitudes y comportamientos de sus captores.

Muchos investigadores argumentan que el Síndrome de Estocolmo puede ayudar a explicar las conductas que han tenido supervivientes de algunas situaciones trágicas, dígase, mujeres maltratadas, niños abusados o maltratados física y emocionalmente; víctimas de incesto, prisioneros de guerra, prostitutas, entre otros.

Ahora bien, volviendo a nuestro personaje en cuestión, es tiempo de analizar cuestiones básicas de la película. En ella, creo que no se puede hablar completamente de secuestrador y secuestrada, ya que no es enteramente el caso, sin embargo, sí nos encontramos ante una situación, donde una persona es forzada a convivir en circunstancias que no son de su agrado. Bella estuvo retenida por un periodo de tiempo, que, si bien no se precisa en el filme, se supone por la trama que fue bastante largo. Asimismo, no estaba del todo de acuerdo con las autoridades, no se encontraba satisfecha con la realidad en la que vivía, pues no se sentía identificada con esta.

Además, ambos personajes, la víctima y el captor, generaron sentimientos afectivos entre ellos. De igual forma, la Bestia propinaba maltratos a Bella, aunque luego cambia hacia una postura más amable. Por lo anterior, podemos decir que efectivamente Bella padeció del Síndrome de Estocolmo, no obstante, puede haber matices. En este sentido, la actriz que obtuvo el rol protagónico del filme, Emma Watson reflexionó sobre el asunto y comentó:

“Empecé a cuestionarme si el Síndrome de Estocolmo era parte de la historia. O sea, cuando un prisionero toma las características y se enamora de su captor. Pero, creo que Bella está en desacuerdo con Bestia constantemente. Ella es independiente y desafiante, así que no tiene ninguna de las características de alguien con esa enfermedad”.

El Síndrome de Estocolmo, por sus propias características, ha sido muy difícil de estudiar, por lo que aun queda mucho por conocer al respecto. Si bien algunos lo consideran como una patología y otros como un trastorno, lo cierto es que, aunque no se corresponda a una categoría específica, sucede en la realidad. Por otro lado, en cuanto a la ficción, el caso de la Bella y la Bestia, como toda obra de arte (no solo la película, sino también el libro), depende de la subjetividad del espectador o del lector, así que Síndrome de Estocolmo o no, depende solo del espectador. ¿Qué piensa, tenemos una princesa enferma o no?