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lunes, 17 de julio de 2017

Carteles cubanos de cine en la Memoria del Mundo

Por ElizabethF.

Porque los carteles de cine cubano cuentan, tan bien como las cintas cinematográficas la historia de la Isla; y no es fortuito entonces que unas tres mil de estas obras visuales fuesen incluidas en el Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco. La extensa muestra, que fue catalogada como una parte imprescindible del Patrimonio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), en tanto  ha contribuido a la educación visual de varias generaciones de espectadores cubanos y del mundo a partir de sus atrevidas y novedosas propuestas, de, además, una exquisita calidad gráfica.

De manos de la presidenta del Comité Nacional del Programa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Nuria Gregori, la Cinemateca de Cuba recibió el certificado que acredita la importante inscripción en dicho registro. El hecho de que se trate de una colección de alto valor patrimonial, así como de una expresión gráfica que de modo ininterrumpido acompañó a la cinematografía cubana en todo su devenir, incluso hasta la actualidad, cuando para algunos la serigrafía parece haber pasado de moda, son algunos de los elementos que los especialistas tuvieron en cuenta para tomar la decisión.

Para Luciano Castillo, director de la Cinemateca, el reconocimiento, que agradece, es más que válido ante una rica colección, capaz de dejar boquiabiertos a los espectadores contemporáneos ante su diversidad, y hacerlos cómplices de una historia de décadas.

El uso al máximo de la tipografía y otros recursos visuales son características que distinguen la variedad de las piezas, las cuales, si un principio fueron concebidas con la idea de ser obras efímeras, que durasen apenas lo que tarda la promoción de un filme, evento o muestra específica; tienen el infinito mérito de que muchas de estas pudieron colocarse como verdaderas piezas de arte cuando pasaron a formar parte del ambiente o la decoración de múltiples sitios.

El cartel cubano de cine fue el protagonista de una época dorada, y no se puede hablar de la gráfica cubana de después del año 1959 sin recurrir a esta expresión de las artes visuales. La calidad estética del mensaje, en forma y contenido, es el principal valor de los mismos; y que no pocas veces es motivo de nostalgia entre los diseñadores de la Cuba actual, quienes sienten que en medio del mundo postmoderno, el cartel de hoy no es siempre bien valorado.