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domingo, 16 de julio de 2017

Estados Unidos y su sistema antimisil

Por LauraB

El Pentágono realizó una prueba exitosa de su sistema antimisil en el océano Pacífico. Denominado Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (Thaad, por sus siglas en inglés), la prueba tuvo lugar en medio de las tensiones en la península coreana. El ejercicio se realizó desde la base de la Brigada de Artillería Aérea de Defensa en Alaska. Llama la atención porque esta vez usaron los mismos procedimientos que en un escenario de combate. Según el Departamento de Defensa, la prueba es la primera contra un misil entrante de tipo IRBM, que es uno de los más difíciles de atrapar.

El IRBM demuestra que la Defensa Terminal de Área a Gran Altitud tiene una gran capacidad para interceptar objetos amenazantes. El diseño del Thaad es para derribar cohetes balísticos de alcance corto, mediano e intermedio, durante su trayectoria dentro y fuera de la atmósfera terrestre.

Estas pruebas de fuerza no le gustan para nada ni a China ni a Rusia. Beijing y Moscú llamaron a Washington a que las detuviera. Ambos países dijeron que Estados Unidos usaba el conflicto con Corea del Norte para expandir su poderío militar en Asia. Mientras tanto, la Agencia de Defensa de Misiles estadounidense minimiza las amenazas de las dos potencias y manifiesta su orgullo ante la prueba.

Pero ni China ni Rusia están lejos de la verdad. Desde que Pyongyang lanzó el 4 de julio un misil balístico continental que voló más tiempo que otros y podría, teóricamente, haber llegado hasta la mismísima Alaska, Estados Unidos ha respondido con pruebas.

La trayectoria del misil norcoreano fue de 450 kilómetros, alcanzó una altitud de 560 kilómetros en dirección este y pudo caer en aguas de la Zona Económica Especial (EEZ) de Japón. Este espacio se extiende a lo largo de unos 370 kilómetros desde las costas de este país asiático. Ese día Kim Jong-Un, el presidente norcoreano, alardeó diciendo que esa era el “regalo” al país occidental que celebraba el Día de la Independencia, el 4 de julio. Este fue el undécimo proyectil norteamericano en lo que va de año, y la respuesta inmediata de los Estados Unidos, Corea del Sur y Japón fue enseñar músculo en unos ejercicios militares conjuntos, calentando más una zona que ya estaba a punto de estallar. 

Mientras el Pentágono revisa su sistema de misiles intercontinentales y submarinos nucleares, Pyongyang sigue avanzando en su capacidad tecnológica con misiles de largo alcance.