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sábado, 8 de julio de 2017

Hamilton vs. Vettel, ¿una paz verdadera en la F1?

Por Miguel

El escándalo estalló en la Fórmula 1 cuando, en el Gran Premio de Azerbaiyán, el alemán Sebastian Vettel, con el coche de seguridad sobre la pista, golpeó la parte trasera del monoplaza del británico Lewis Hamilton, alegando una prueba de frenos en mal momento. Nadie creyó esa burda excusa y las críticas, con razón, llovieron sobre el piloto de Ferrari y todavía líder del Mundial. Después de dos semanas de acusaciones cruzadas, finalmente el germano entendió que era una buena operación de relaciones públicas disculparse con Hamilton. El tricampeón mundial aceptó las disculpas y, asegura, enterró el asunto. ¿En serio?

Después de la carrera, Vettel reclamó una sanción para los dos y se atrevió a decir que la F1 era “para hombres”. Hamilton, que nunca se ha caracterizado por tener pelos en la lengua, no encontró mejor solución que invitarlo a pelear, con los puños, fuera de la pista. Este incidente trajo de vuelta al presente la animosidad que imperó entre Hamilton y el español Fernando Alonso y también entre el británico (¿casualidad que siempre esté involucrado?) y el retirado Nico Rosberg.

Alonso alcanzó su primera corona en 2005 y, de esta manera, se convirtió en el piloto más joven en obtener el cetro. Tenía 24 años; aunque ese récord duraría poco tiempo, ya que en 2008 Hamilton, de 23 años, triunfó de forma espectacular y le arrebató la marca al ibérico.

Quizás lo más curioso sea que después que Alonso ganó dos campeonatos de forma consecutiva, en 2005 y 2006, firmó con la misma escudería de Hamilton, McClaren-Mercedes, en 2007. Aquella fue una temporada espectacular, pues tres pilotos llegaron a la última carrera con posibilidades de quedarse con la corona: el finés Kimi Raikkonen, Hamilton y Alonso.

Por lo general, las escuderías tienen un piloto principal y el otro se dedica a apoyarlo; pero esto no sucedió con McClaren en 2007. Hamilton consideró que él era la estrella y Alonso, el campeón mundial, pensó lo mismo. En España no pocos creyeron que como McClaren era inglesa, ellos favorecían a Hamilton. En realidad las cosas fueron muy raras en la escudería, con una rivalidad que podía notarse por todas partes. Al final, Raikkonen ganó el campeonato y Alonso decidió regresar a su antiguo equipo, Renault, lo cual, probablemente haya alegrado a Hamilton.

De regreso al presente. Todos esperaban una disculpa de Vettel, pero esta realmente tardó muchísimo en llegar, hasta que en el Red Bull Ring de Spielberg, sede del Gran Premio de Austria, el germano aceptó que tomó una decisión equivocada y que reaccionó exageradamente a lo que pensó que era un frenazo del británico. Hamilton dio por concluido el conflicto. “Se acabó el problema”, reconoció el tricampeón mundial, quien añadió que no esperaba que la dinámica entre Vettel y él cambiara y que le seguía teniendo respeto.

¿Disculpas reales o un acto de relaciones públicas, para evitar que el conflicto siguiera escalando y dañara la imagen de la F1? Quizás haya algo de las dos cosas (las pruebas demostraron que Hamilton no frenó a propósito, uno de los argumentos esgrimidos por el alemán). Quedará por ver cómo reaccionan sobre la pista estos dos pilotos. El conflicto tardó dos semanas en, supuestamente, resolverse, pero las palabras conciliadoras, pronunciadas sin demasiado entusiasmo, pueden caer en el olvido si se produce el menor contacto sobre la pista.