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lunes, 24 de julio de 2017

La oposición venezolana y el cuento de nunca acabar

Por LauraB

Por primera vez desde que la oposición perdió el poder en Venezuela, han presentado un programa de gobierno concreto. Desde que triunfó la Revolución Bolivariana en el año 1998 los sectores derechistas se dedicaron a hacer mucho ruido pero nunca propusieron un plan alternativo al gobierno. Su diario era criticar cualquier medida adoptada por el Ejecutivo. Tampoco moldearon una figura sobre la cual girara sus intereses políticos. Henrique Capriles pareció ser el “elegido”, sobre todo durante la etapa de Hugo Chávez. Luego fue perdiendo terreno hasta darle paso a otros como el radical Leopoldo López, el histérico Henry Ramos Allup, María Corina Machado y Julio Borges.

A estas alturas del partido no se sabe a ciencia cierta quién es el líder de la oposición venezolana. Sin embargo, con el paro convocado el 20 de julio y el anuncio a crear instituciones paralelas al gobierno del actual presidente Nicolás Maduro, el escenario se caldea.

Lo primero que hicieron fue el plebiscito el domingo último, el cual no estuvo avalada por ninguna institución electoral en el país. Este ejercicio fue una demostración de fuerza contra el gobierno que ese mismo día realizó un simulacro sobre la Asamblea Nacional Constituyente anunciada hace unos meses. Los resultados mostraron a un país totalmente parcializado y dividido, mitad y mitad para cada opción política.

Esto le dio el impulso a la oposición de llamar a paro general y estructurar las instituciones pero de forma paralela en el país. Para eso nombraron el viernes pasado a 33 nuevos magistrados al del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). La medida fue adoptada en el Parlamento, el cual está en desacato para el gobierno lo que le quita cualquier tipo de fuerza legal.

El punto de desobediencia civil al que ha llegado Venezuela preocupa sobremanera ante las protestas violentas que siguen sumando muertos en las calles y trancazos en las principales calles y avenidas. Al llamado reiterado al diálogo para un gobierno inclusivo la oposición nunca respondió; siempre ha optado por la fuerza como vía para reinstalarse en el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano.

Desde el exterior están anunciadas sanciones económicas mucho más fuertes por parte de Estados Unidos si Caracas implementa la Asamblea Nacional Constituyente, la respuesta del gobierno para solucionar la crisis en el país. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que Washington aplicará “fuertes y rápidas medidas económicas” si Maduro sigue con la Constituyente.

La respuesta del presidente venezolano fue que las elecciones del próximo 30 de julio, en las que se designarán los constituyentes que proyectarán una nueva Carta Magna para Venezuela, se llevarán a cabo a pesar de las acciones de la oposición y de las amenazas de naciones extranjeras. Ello en clara injerencia en los asuntos internos de la nación sudamericana.

¿Estamos entonces a las puertas de un gobierno bicéfalo en Venezuela? ¿Qué etapa sigue ahora… una guerra civil? Las interrogantes se despejarán con el tiempo. Lo que sí es seguro es que hay que seguir detenidamente el paso de los acontecimientos en el país porque es la primera vez en casi veinte años de Revolución Bolivariana.

La respuesta tampoco está en si gana un bando u otro. El pueblo debe tener memoria histórica larga porque esos mismos que hoy implementan una agenda de desobediencia civil y de violencia en las calles, fueron los que robaron durante los tiempos de la Cuarta República. Pero tampoco se pueden obviar los errores, sobre todo el plano económico, cometidos por el actual gobierno.