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domingo, 2 de julio de 2017

Las centrales nucleares de EEUU, el nuevo objetivo de hackeo

Por DesdeCuba

La informática es parte integrante de nuestras vidas y la utilizamos en casi todas las actividades diarias que realizamos, desde las más sencillas actividades domésticas hasta las más complejas en la industria. Entre las bondades que ofrece el uso de las ciencias informáticas en el manejo de las actividades humanas está la eficiencia, pues es capaz de controlar muchas actividades desde un solo ordenador. Además, ofrece mediciones muy precisas. Especialmente en el campo de generación de electricidad son el corazón del proceso productivo al controlar cada fase de producción y distribución. Sin embargo, con el nivel de conectividad actual, las redes se han vuelto inseguras y los hackers se han multiplicado.

Las plantas de energía nuclear son un objetivo suprasensible para la seguridad del Estado donde están enclavadas y quizás para los fronterizos con él. Es por ello que todos quedaron alarmados cuando el portal web E&E News informó que varias plantas nucleares en Estados Unidos fueron víctimas de ataques cibernéticos, pero solo uno de ellos ha sido denunciado para su investigación por las autoridades federales. La noticia la dio a conocer la cadena televisiva norteamericana ABC citando una fuente anónima. Por su parte, el portal web especializado en información sobre el sector energético pidió información a veinte instalaciones de producción de energía nuclear y no recibió respuesta de ninguna. De lo anterior podría deducirse que los ataques, hasta el momento, se están tratando como un asunto confidencial.

En cuanto al ataque denunciado, las autoridades no han podido determinar el origen del ataque. La gran cantidad de malwares existentes y la dificultad para rastrear una posible intrusión por un hacker hace difícil definir cuál de estos puede haber sido el origen. Al mismo tiempo, las autoridades han brindado información confusa sobre el objetivo del ataque. Por un lado, afirman que las computadoras afectadas fueron las del departamento comercial, alejándose de la línea de producción donde está el mayor riesgo. Por el otro, dicen que estaba diseñado como la primera herramienta de piratería informática, la cual tenía por objetivo desconectar las redes eléctricas.

Sea cual fuere el objetivo y origen el caso es alarmante. El hecho de que las plantas nucleares de uno de los países más avanzados en materia de seguridad informática hayan sufrido tal ataque deja en pánico al resto de la industria. Si el más fuerte ha caído qué se podrá esperar del resto donde, en muchas ocasiones, las medidas de seguridad informáticas no sobrepasan las mínimas indispensables.

Lo ocurrido focaliza la atención una vez más sobre el peligro que representan las plantas nucleares y las brechas de seguridad una instalación como esta para sus trabajadores y el ambiente circundante. Una de las razones por las cuales muchas personas se oponen a la construcción de plantas nucleares es el poder destructivo que tiene un accidente de cualquier tipo en estas. Como es visible, cada día es más inseguro el terreno sobre el que se mueve la industria nuclear; si los intrusos llegaron hasta allí, nada nos asegura que en poco tiempo no puedan acceder a los servidores del proceso productivo y manipularlo. Las consecuencias serían devastadoras, destrucción del medio ambiente circundante, daños a los habitantes del área y a sus propiedades. Además, en caso de localizarse cercano al mar los efectos podrían ser peores pues las corrientes marinas dispersarían las sustancias radioactivas con resultados inimaginables para la humanidad. La incapacidad de controlar un accidente radioactivo de forma inmediata es una agravante de la magnitud de un posible desastre.

La situación se torna más preocupante si se analiza el contexto actual, donde los terroristas han comenzado a implementar herramientas informáticas para provocar daño. Así, una actividad de este tipo podría convertirse perfectamente en uno de sus objetivos. En tanto, el silencio que ha caracterizado a las autoridades, más allá de evitar el desconcierto de la población, no ofrece mucha seguridad; pues puede significar falta de resultados concluyentes.