Los retos latinoamericanos en materia ambiental
Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el abandono del Acuerdo de París sobre cambio climático dejó grandes interrogantes. Hay una región en el mundo que está a la expectativa y para la cual la decisión de uno de los mayores contaminantes plantea serio retos. Acostumbrada por un designio histórico a depender de grandes potencias, América Latina y el Caribe pierde fondos para proyectos ambientales. Es por ello que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) busca involucrarse en el desarrollo verde. La medida se toma ante el abandono de programas ambientales financiados por empresas y organizaciones no gubernamentales estadounidense.
Mientras tanto, la región sigue sufriendo las consecuencias del cambio climático tales como el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares, el desarrollo de enfermedades que estaban prácticamente erradicadas. Muchos se cuestionan por qué en América Latina ha sido una de las más afectadas por el cambio climático.
La respuesta está en que en esta zona geográfica posee 576 millones de hectáreas, el 47 por ciento de su superficie cubierta de bosques. Asimismo, cuenta con las mayores reservas de agua del planeta. Es, además, un reino de la biodiversidad.
Sin embargo, en los últimos años ha habido un aumento en la formación de huracanes, tormentas, sequías, olas de calor y tornados y otros fenómenos climatológicos.
Aunque 27 países de Latinoamérica han ratificado varios de los protocolos ambientales. Muchos establecen la reducción de la emisión de dióxido de carbono y otros gases contaminantes que retienen el calor en la atmósfera.
También a veces la existencia de crisis económicas y políticas que sacuden la región impiden la aplicación de políticas medioambientales efectivas y sobre todo que aminoren los efectos del cambio climático.
En ese empeño se han puesto en marcha proyectos en energía renovable que son efectivos. El objetivo global es, además de crear conciencia ciudadana, reducir las emisiones de carbono y fomentar el uso sostenible de la biodiversidad y los recursos naturales renovables. Los países de la región han desempeñado un papel muy activo en las negociaciones internacionales vinculadas al tema.
Pobreza, acelerada urbanización, insuficiente infraestructura básica para el acceso al agua potable y para el saneamiento, inestabilidad económica y excesiva deuda pública, destacan entre los factores que imponen estas limitaciones.
Mientras tanto, la región tendrá que buscar nuevas alternativas más económicas y amistosa con el medio ambiente para resguardar el futuro de la especia humana. Esas políticas aun no tienen el efecto deseado.
