Nadal saca chispa en la hierba
Las verdes pistas de Londres ya han sido invadidas por cientos de tenistas que llegan a la capital británica con el sueño de alzar el trofeo de Wimbledon, el Grand Slam más añejo del mundo. Uno de los principales aspirantes a la corona es el español Rafael Nadal, quien arrancó con el pie derecho su andadura londinense al desbancar a John Millman. El australiano no tuvo respuestas ante el juego del español, quien sigue en la misma cuerda arrolladora de Roland Garros, enfrascado en conquistar su tercera corona en el All England Club siete años después de desbancar al checo Tomáš Berdych.
La puesta en escena del manacorí tras varios días de descanso fue bien sólida, amparado en su excelente estado físico, el problema que siempre le ha incordiado en la hierba. Sus rodillas parecen estar en condiciones de soportar las exigencias de la superficie, que lo obliga a jugar más pegado al suelo. Mucho debe haber influido en su notable condición el hecho de no presentarse en el torneo de Queens, lo cual le dio un par de semanas extras de asueto. Ese tiempo libre le vino como anillo al dedo para fortalecer sus planos y trazar en su mente la estrategia perfecta en aras de triunfar en Londres, donde el número uno del mundo, Andy Murray, el extraordinario Roger Federer y el potente Novak Djokovic presentan más credenciales, aunque ninguno de ellos atraviesa por su momento más dulce.
Nadal, en cambio, ha sido un rodillo en los últimos dos meses durante el circuito de tierra batida, y ahora intenta sostener las sensaciones en la hierba, superficie por la cual siente una gran pasión, pero en la que se le han resistido los éxitos. Además de sus dos coronas y tres finales perdidas en Wimbledon, el resto de los trofeos de Nadal sobre el verde se limitan a uno en Queens (2008) y otro en Stuttgart (2015). Por ello, es lógico el favoritismo de Murray, Federer y Djokovic, quienes, no obstante, conocen el potencial del español y no querrán cruzarse en su camino. La enésima prueba la obtuvieron en la apertura de la lid, superada por el balear con pasmosa facilidad frente al australiano John Millman, número 137 en el ranking del orbe.
Un total de 40 restos ganadores acumuló el manacorí en su cuenta por solo 22 de su rival, quien cometió 40 errores no forzados y solo pudo concretar una decena de golpes ganadores, por 35 de Nadal. A grandes rasgos, esas estadísticas hablan por sí solas del paseo del ibérico, quien necesitó una hora y 45 minutos para llevarse el éxito con marcadores de 6-1, 6-3 y 6-2. Esta fue la victoria número 850 en la carrera de Rafa (con 180 derrotas) y se encuentra a 20 y 25 sonrisas de igualar al sexto y quinto lugares históricos, respectivamente, los estadounidenses Andre Agassi (870) y John McEnroe (875).
Pese a su buen comienzo, Nadal ha dicho que no se plantea llegar a la final (no ha superado los octavos en Londres desde el 2011), pero si alcanza esa instancia decisiva, no le gustaría enfrentarse a Roger Federer, con quien ha jugado varios partidos de vida o muerte. Además, el balear reconoció la dificultad de la superficie verde, en la cual nunca se logra establecer un dominio completo de la cancha, como ocurre en la arcilla si tienes un rendimiento superlativo. Su próximo examen llegará en la segunda ronda contra el estadounidense Donald Young, escaño 43 del mundo.
En el inicio de Wimbledon, Andy Murray ganó sin problemas contra Alexander Bublik, mientras el australiano Nick Kyrgios se retiró por una dolencia en la cadera cuando ya había perdido dos sets. Una de las grandes sorpresas corrió a cargo del ruso Daniil Medvedev, quien desbancó al suizo Stan Wawrinka, quinto cabeza de serie. Entre las féminas, Venus Williams, quien afronta una demanda tras la muerte de un anciano atropellado por su coche a inicios de junio, arrancó con victoria sobre la belga Elise Mertens.
