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lunes, 31 de julio de 2017

Noruega quiere salvar el conocimiento humano

Por LisyFa

Habrá, al menos para Noruega, mucho menos que temer si llegara “el fin de los tiempos”, porque la nación de la “felicidad” y de las “ideas innovadoras” en pos de un mejor futuro para la humanidad, no se conforma con el ideal de mejorar el mundo, sino que apuesta por salvarlo si fuera preciso. Y si en el año 2008, tras el nombre de Bóveda del fin del mundo, este país impulsó un mega proyecto transformador consistente en crear un búnker de semillas con la misión de proteger la biodiversidad de las especies de cultivos ante un eventual desastre natural u otra catástrofe de talla mundial; ahora Noruega deja claro que va a por más.

Porque no solo de pan vive el hombre, o de lo que le ofrece la naturaleza, por lo que no resultará extraño que el nuevo proyecto noruego apueste esta vez por un búnker para libros, pues preservar el conocimiento de la humanidad es la otra parte de la balanza.

Así, el “Archivo Mundial Ártico”, como se le denominará a esta “fortaleza”, alojará en su interior los libros más importantes del mundo, sin excepción de género o tema, desde la literatura hasta los descubrimientos de la ciencia. La lógica detrás de este proyecto es la misma que la de su antecedente, el búnker para semillas; y en este caso la bóveda salvadora del conocimiento se encontrará alejada de la civilización, y siendo además vecina del búnker de la alimentación, estará ubicada en el archipiélago noruego de Svalbard.

Allí estarán los secretos del sustento y la lectura, a salvo del apocalipsis, en un lugar que no fue seleccionado al azar, pues entre ambas bóvedas y el Polo Norte apenas hay 1000 kilómetros, lo cual las hace capaces de resistir eventos como terremotos, bombas y diversos desastres naturales. Una mina de carbón en desuso es el sitio elegido para el “archivo”, y según los expertos este tiene todas las condiciones necesarias para mantener a salvo los documentos, además de que se encuentra alejado de cualquier zona de interés militar.

Asegurar la supervivencia de la herencia intelectual de la humanidad es el fin mayor de este búnker; por lo cual Noruega, trabaja de conjunto con la empresa de preservación digital Piql, especializada en desarrollar tecnologías que permitan convertir los datos digitales en analógicos.

Los datos se imprimirán sobre cintas de cine las cuales son resistentes a las inclemencias climáticas y garantizan que ninguno de los datos registrados se pueda editar, y se pueden conservar en buen estado hasta 10 siglos; de modo que pueda almacenarse de forma segura los millones de libros que irán a parar al búnker.

Algunos de los libros más importantes del Archivo Nacional Noruego ya están en el búnker, y se suman poco a poco a la iniciativa otros países como México y Brasil, que han enviado ya al “Archivo Mundial Ártico” sus libros más importantes y representativos. Se estima que el proyecto continúe extendiéndose, y en los próximos meses más países se sumen al envío de su acervo cultural y científico. Habrá que esperar solo que la humanidad sea capaz de seleccionar con prudencia y conciencia, para que no sea solo la visión occidental del mundo la que quede “protegida” ante el apocalipsis.