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martes, 18 de julio de 2017

¿Puede ser Lonzo Ball la estrella salvadora de los Lakers?

Por Aliet Arzola

Lonzo Ball, segundo pick de primera ronda en el Draft 2017 de la NBA, está llamado a convertirse en el nuevo rostro de los Lakers de Los Ángeles. Esto no es un secreto a voces, no es un rumor, más bien se trata de una sentencia esbozada por el mismísimo Earvin “Magic” Johnson, presidente de operaciones del club. Lo que no está claro si esa etiqueta queda demasiado grande a un chico de 19 años que ni siquiera ha debutado en el máximo escenario. De cualquier forma, hay señales importantes en su juego que ilusionan a los fanáticos de los Lakers, quienes ven en Lonzo al genio pasador que, si es bien acompañado en el futuro, podrá armar un equipo muy competitivo.  

De momento, Ball ha debutado con la camiseta del conjunto angelino en la Summer League, un escenario perfecto para comenzar a tantear su potencial en la duela. El inicio, sin embargo, no fue tan prometedor, al punto de que falló 13 tiros de campo, quién sabe si consumido por la presión de vestir por primera vez la casaca del equipo o por el circo que ha montado su padre, LaVar Ball, entorno a la marca de zapatos que usará su hijo en el futuro. Pero luego, en los choques sucesivos, dio muestras de importarle poco las distracciones fuera de la cancha, pues registró un triple doble en su última salida y antes anotó 36 cartones.

Mientras LaVar se consume en sus propios dilemas con Nike y Adidas, Lonzo va a lo suyo, al parecer consciente de que tendrá que convivir el resto de su carrera con las excentricidades del padre. LaVar, sin ir muy lejos, alardeó del potencial de su hijo en marzo, cuando dijo que era mejor que Curry, Lebron y Westbrook, los rostros de la NBA. Pero eso no le bastó, también reveló que en sus tiempos de profesional podía ganarle en el uno a uno a Michael Jordan. Estas no son bromas ocasionales, LaVar Ball vive de su personalidad extravagante, y Lonzo tendrá que lidiar con eso.

De momento, ha logrado hacerlo bien, sin dudas una noticia muy positiva para los Lakers, porque jugando en Los Ángeles estará siempre en el foco de la prensa por el más mínimo detalle. Otro punto a favor de la franquicia es el arsenal de Ball. Si en algún punto antes del Draft, los Lakers mostraron cautela sobre su selección porque quizás no llegaría a convertirse en una estrella, ahora parecen más convencidos de que el muchacho tiene armas para conducir al quinteto.

De acuerdo con Jud Buechler, el coach del equipo en la Summer League, las habilidades de Lonzo en el pase se encuentran en un nivel descomunalmente alto. Además, hay que añadir su incontable cantidad de variantes para jugar en la transición, apoyado por su dominio de la pelota, la velocidad y la visión periférica, que le permite seleccionar con bastante frecuencia las opciones correctas para anotar. Lonzo es base organizador nato, pero con características atípicas en estos tiempos, pues mide 1.98 metros, detalle que le permite penetrar en la zona pintada y dominar los tableros en algunos trances.

No obstante, hay aspectos que necesita irremediablemente pulir para triunfar en la NBA. En primer lugar, a Lonzo se le ha criticado su aversión al contacto excesivo, motivo por el cual no logra todavía un mayor impacto bajo las tablas, no evoluciona en su juego estático (por ahora limitado y bastante inefectivo) y no crece en términos defensivos. En los tiros libres también tiene un punto flaco al no superar el 70%, mientras que su mecánica de tiro podría ser presa fácil para los grandes taponeros de la liga. Ball toma la pelota desde la derecha y lanza por el lado izquierdo de su cabeza, postura que necesita de una velocidad infernal para lograr altos por cientos de éxito.

Si bien el chico de 19 años es un base con significativo poder anotador, al menos por ahora no ha demostrado ser el hombre de los últimos segundos para definir un partido. En su etapa colegial recibió muchas bolas en el límite y no carburó, en ocasiones presa del nerviosismo. Como es lógico, para cargar a los Lakers en sus hombros también necesita ponerse a la par de los grandes encestadores de la liga, que con un disparo sobre la bocina desbalancean el marcador. Eso ahora Lonzo no lo tiene, aunque resalta notablemente por su creatividad y visión de pase, armas que lo pueden convertir en un líder, aunque tal vez necesite un plus adicional para sacar a la franquicia angelina del ostracismo en que ha estado sumida en los últimos años.

Para ser un pick número dos de primera ronda, Ball tiene bastantes lagunas y mi impresión es que los Lakers deberán acomodarlo junto a un paquete de jugadores igualmente talentosos en sus respectivas posiciones, pues, por sí solo, necesitaría tener una evolución tremenda en términos defensivos, de tiro y de clutch para encumbrarse como líder indiscutible en el exigente mercado de Los Ángeles.