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martes, 11 de julio de 2017

Terror en la red de redes

Por Gustav98

Con el desarrollo de la informática se ha logrado interconectar a la gran mayoría del mundo. La totalidad de los sistemas bancarios y de las grandes empresas a nivel mundial se encuentran conectadas a la red de redes y la usan como un componente vital de su funcionamiento. Esta situación es un arma de doble filo, pues al tiempo que genera mayores niveles de eficiencia, hace más vulnerables a un mayor número de estructuras importantísimas del sistema financiero internacional a los ataques de los hackers. Recientemente se ha experimentado un alza en número de ataques a servidores de importancia a nivel mundial, afectado a los países más desarrollados en la ciberdefensa como es el caso de los Estados Unidos y Rusia.

Los hackers son los criminales del ciberespacio, pero tienen un don que sus homólogos en las calles no suelen tener y es que son extremadamente difíciles de localizar y pueden actuar desde un continente a otro. En las últimas semanas el mundo ha sido testigo de un aumento de los ataques cibernéticos. Entre los más conocidos está la proliferación del virus WannaCry que infectó en tan solo una semana a servidores en 140 países del mundo y los ataques a las centrales nucleares en Estados Unidos, lo cual supone un grave peligro. Por último, pudiera citarse los ataques a los sitios web de importantes instituciones del gobierno de los Estados Unidos, así como de otras empresas. En esta oportunidad los blancos del ataque fueron instituciones rusas y ucranianas, entre las que figura la petrolera estatal rusa Rosneft.

Las nuevas incursiones tuvieron una magnitud considerable. En Ucrania, afectó a un número importante de grandes bancos entre los que destaca el Banco Nacional de Ucrania. Estas instituciones financieras han visto interrumpidos varios de sus servicios, por lo cual han informado a sus clientes que no tendrán la posibilidad de recibir los servicios con la misma calidad. De la misma forma, han informado a los distintos componentes del sistema financiero ucraniano que sus instalaciones han sido víctima de un ataque cibernético. Otro punto sensible afectado fue el transporte. El metro de Kiev tuvo dificultades para funcionar cuando los usuarios no podían pagar usando las tarjetas de crédito. Por su parte, el aeropuerto de la capital ucraniana ha sido afectado y esa provocado un desajuste en los horarios planificados. Además, otras instituciones fueron afectadas como es el caso del propio gobierno, cuya página oficial dejó de funcionar.

Por la parte rusa la estatal petrolera Rosneft anunció que había sido víctima de un ataque fuerte pero que este no había logrado paralizar la producción. De la misma forma otras empresas fueron afectadas como es el caso de Nivea, Auchan y la siderúrgica Evraz.

Según los especialistas de seguridad informática de ambos países el virus que atacó los servidores es una variante de la familia Petya. El cual se ha detectado además en algunas multinacionales españolas. El modus operandi del virus es que una vez infectada una máquina, es capaz de propagarse a todas aquellas conectadas a la misma red, las inutiliza y para reactivarlas pide un rescate de 300 bitcoins. Los encargados de la seguridad informática en ambas naciones trabajan para determinar los responsables y detener las infecciones.

Esto demuestra la importancia de fortalecer los sistemas de seguridad informáticos. En un mundo donde todo se encuentra interconectado, una simple brecha de seguridad marcaría la diferencia entre la estabilidad y el caos. Los objetivos finales de estos hackers es la obtención de dinero extorsionando al usuario, pero la situación sería mucho peor si se utilizase con fines desestabilizadores o terroristas. Tengamos en cuenta que, con tan solo un código o un clic podría quedar inutilizado desde un sistema de alumbrado hasta las comunicaciones de una región, lo cual sería catastrófico. La seguridad informática no es algo que deba tomarse a la ligera y los hackers están recordando eso a cada minuto. Pero para logar una efectividad deben aunarse esfuerzos y renunciar a los clásicos egoísmos de los servicios especializados de cada país. Debe interiorizarse la idea de que el enemigo está ahí fuera y daña a todos por igual y que es el único beneficiado de las diferencias que mantienen las grandes potencias en el área.