Trump vuelve a instar a Peña Nieto a pagar el muro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio una nueva zasca a su par mexicano, Enrique Peña Nieto, luego de que ambos mandatarios sostuviesen un encuentro bilateral en el contexto de la Cumbre del G-20, con sede en Hamburgo, Alemania. En la rueda de prensa posterior al diálogo que ambos sostuvieron, el magnate republicano aseguró delante del mexicano que sigue teniendo intención de que el país latinoamericano sea el que corra a cargo de los gastos del muro que él quiere levantar a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. Su aseveración, si bien no es nueva, la calificamos de zasca por el hecho de que en el encuentro los mandatarios no hablaron sobre el polémico tema, uno de los que más los dividen y han enfriado las relaciones entre sus países.
Según trascendió antes del inicio del encuentro, que se desarrolló en privado, los presidentes establecieron como temas centrales la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la seguridad fronteriza, el combate al crimen organizado y la migración. Los tres últimos están muy relacionados con la idea de Trump de hacer un muro, lo cual no es compartido por México. Al final de la reunión se supo que el polémico tema fue dejado fuera de la agenda, pero el estadounidense, quizás en una de sus lecciones de diplomacia poco ortodoxa, quiso morder el anzuelo que le lanzó una corresponsal y afirmó que aún persiste en su propósito de que la nación azteca pague por la barrera. Sin dudas, esto no debe haber agradado mucho a Peña Nieto y la delegación mexicana, que había defendido que el espacio de diálogo presidencial se abría para mantener un diálogo fluido, que permitiese “avanzar en la renegociación de lo que será el TLCAN, seguir trabajando en materia de cooperación sobre todo para la seguridad de ambos países, especialmente en nuestras fronteras y también trabajar en el tema migratorio que es una tarea que preocupa a ambos gobiernos”.
Así lo había manifestado el jefe del Ejecutivo mexicano en la previa de la cita, que se desarrolló cinco meses después de que cancelase una visita a la Casa Blanca para entrevistarse con su homólogo estadounidense. Dicha cancelación tuvo lugar precisamente por las tensiones sobre el muro que Trump quiere construir con dinero de México. Desde ese entonces, los mandatarios han hablado por teléfono en varias ocasiones y la delegación mexicana a la Cumbre de Hamburgo confiaba en que encuentro presidencial se celebraría en un tono “amigable y respetuoso”, amén de que no descartaba que hubiese diferencias en temas importantes. A juzgar por las declaraciones y lo ocurrido, ciertamente los mandatarios pudieron hablar de aquello que más les interesaba en las relaciones bilaterales. Dejaron fuera de la agenda al polémico muro y se centraron en lo que pueden avanzar juntos de momento, pero Trump, siempre discordante, se las agenció para dar otra zasca a Peña Nieto al final con su loco propósito.
