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sábado, 12 de agosto de 2017

América Latina lucha por la integración generacional

Por Elizabeth Almeida

Uruguay es uno de los países de Latinoamérca que le ha dedicado más atención a lograr mayores relaciones entre ancianos y jóvenes. El Programa de Gerontología Social universitario es una de estas alternativas de dinámica intergeneracional que funciona en la Facultad de Ciencias Humanas de la UCU. Este programa comenzó sus actividades en el año 1990 para mejorar la visión hacia aquellos de a tercera edad. El adulto mayor tutor puede auxiliar a la voluntad de las familias de que sus hijos continúen los estudios, pues para eso el programa está pensando en su figura como un guía o compañero en un proceso de reforzamiento de los aspectos académicos de los jóvenes uruguayos y para aportar su experiencia y vasto conocimiento en cuanto a los aspectos educativos.

Uruguay es uno de los países de Latinoamérca que le ha dedicado más atención a lograr mayores relaciones entre ancianos y jóvenes. El Programa de Gerontología Social universitario es una de estas alternativas de dinámica intergeneraciona que funciona en la Facultad de Ciencias Humanas de la UCU. Este programa comenzó sus actividades en el año 1990 para mejorar la visión hacia aquellos de a tercera edad, con una propuesta de capacitación con temas ligados al envejecimiento y la vejez, para intentar mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, mediante el aporte en conocimiento y discusión de determinados aspectos relevantes para la vida cotidiana, como pueden ser el cambio en los roles, las diferentes etapas de la existencia humana, el proceso de envejecimiento y la vejez, relaciones intergeneracionales y comunicación.  En 1992 comenzó la implementación de un Programa de voluntariado entre personas mayores de 50 años y niños, niñas y adolescentes, experiencia que se mantiene hasta hoy y que ha recibido una mención en el año Internacional del Voluntariado  y cuenta con el auspicio del Instituto Interamericano del Niño.

Las alternativas del programa incluyen  una experiencia piloto con alumnos de tercer año del liceo que establezcan contacto con adultos ayores y los consideren sus tutores en el segundo semestre de clases, manteniendo la continuidad del vínculo durante el año siguiente, mientras estos jóvenes continúan su educación en liceos de Enseñanza Pública. Con ello se busca que los tutores no solamente tengan tiempo para compartir con el joven, sino que además posean una variedad de experiencias de vida, trabajo, educación y empleo que les permitan guiar a los más jóvenes en el proceso de transición y paso por determinados centros educacionales. Algunos deben pasar  de un liceo pequeño a otras instituciones con vínculos más despersonalizados y que quizás no cuentan con los mismos recursos para brindar una atención personalizada al estudiante

El adulto mayor tutor puede auxiliar a la voluntad de las familias de que sus hijos continúen los estudios, pues para eso el programa está pensando en su figura como un guía o compañero en un proceso de reforzamiento de los aspectos académicos de los jóvenes uruguayos y para aportar su experiencia y vasto conocimiento en cuanto a los aspectos educativos.

No obstante, como los procesos de aprendizaje no consisten solamente en ser aplicado y poseer las  habilidades cognitivas necesarias, sino que influye también el contexto social,  los procesos emocionales, motivacionales y sociales de un joven que atraviesa su etapa adolescente, se espera que el rol de tutor trascienda lo que implicaría  un simple apoyo de estudios o profesores privados. Es necesario un compañerismo, para tener la dimensión de una relación humana donde se transmita esa necesaria experiencia de vida, los valores y esos enfoques de los problemas desde una mirada adulta que ha vivido más, para reforzar en el joven los aspectos que lo impulsen y lo motiven para seguirá la hora de continuar estudiando.

El Programa por otro lado, busca un proceso de retrolimentación, pues quiere a la vez  brindar a los adultos mayores voluntarios la posibilidad de realizar un aporte a la comunidad, de que se sientan útiles transmitiendo sus saberes y experincias a los jóvenes además de vincularse con la institución educativa en diferentes modalidades de voluntariado. O sea que también pueden además de ser tutores, ayudar al Liceo en otras tareas que igualmente son  necesarias para su funcionamiento o ampliación de tareas hacia la comunidad.

Este voluntariado es, para los adultos mayores, una oportunidad de emplear su tiempo y sus experinecias de manera positiva, cuando han quedado liberados de obligaciones laborales y familiares y se sienten solos. Por ello este proyecto puede contribuir a la mejora de su autoestima, generando nuevas redes sociales, entre otros beneficios. La buscada solidaridad intergeneracional es un instrumento muy valioso en cualquier país del mundo, para que se unan historia, tradición y nuevas ideas. Aunque las situaciones de adultos mayores y niños y jóvenes difieren, una mayor dinámica intergeneracional puede dar solución a muchísimos problemas sociales solamente con apoyo y cooperación mutuas.