Ciudadano Kane, las verdades que olvidamos
Si eres un fanático del séptimo arte conocerás que una de las películas más famosas y reconocidas en la historia del cine, “Citizen Kane”, se basa precisamente en la vida de un magnate de la prensa como fue William Randolph Hearst (Charles Foster Kane en la película). Este hombre fue la personificación del poder de los medios y de su importancia e influencia social y política. El guión es una réplica de la vida de Hearst quien fue uno de los primeros en demostrar que la prensa podía era el verdadero cuarto poder capaz de evitar que todo un país se lanzara a la guerra o por el contrario no se inmiscuyera en la misma.
Muchas veces no comprendemos u olvidamos el papel que realmente ocupan los medios de comunicación en la vida moderna. Pero este fenómeno de empoderamiento de los medios no tiene sus orígenes en el siglo XXI como pudiésemos pensar. Te proponemos conocer un poco más sobre este argumento a través del análisis de una de las obras de la cinematografía más reconocidas y estudiadas de todos los tiempos.
Si eres un fanático del séptimo arte conocerás que una de las películas más famosas y reconocidas en la historia del cine, “Citizen Kane”, se basa precisamente en la vida de un magnate de la prensa como fue William Randolph Hearst (Charles Foster Kane en la película).
Este hombre fue la personificación del poder de los medios y de su importancia e influencia social y política. El guión es una réplica de la vida de Hearst quien fue uno de los primeros en demostrar que la prensa podía era el verdadero cuarto poder capaz de evitar que todo un país se lanzara a la guerra o por el contrario no se inmiscuyera en la misma.
El hilo conductor del filme es la última palabra que pronuncia Kane en su lecho de muerte, “Rosebud”. Para descubrir su significado un periodista inicia una investigación con las personas más ligadas al reconocido personaje, quien posee tal relevancia que se llega a afirmar que “no se puede estar vivo si no se le conoce”.
“Rosebud” representa, metafóricamente en el filme, el anhelo de las cosas perdidas y los valores realmente importantes, de la felicidad y el amor de la que careció la vida del personaje protagónico.
“Citizen Kane” ofrece una panorámica del complejo papel que realizan los medios de comunicación en una sociedad transformando, creando y reforzando criterios, estereotipos y posiciones políticas.
En numerosos momentos del filme se hace referencia al verdadero poder que posee el que controla y reproduce (o construye) la información llegando a convertirse en una figura altamente reconocida cuyo criterio se escucha y espera. Todo un líder de opinión.
Otro aspecto relevante de la película lo constituye la intervención de Kane en la guerra hispano-cubana. Se dice que la verdadera guerra la crearon los medios, principalmente desde los Estados Unidos, y precisamente uno de los protagonistas fue este hombre.
El filme propone también un acercamiento al mundo periodístico en diferentes momentos de la historia incluyendo el convulso período entre las dos guerras mundiales donde se inicia lo que Jesús Timoteo Álvarez llama la cuarta generación de medios de masas.
Este nuevo orden utiliza todas las técnicas a su alcance, y entre ellas es inevitable el uso de instrumentos de propaganda. Es así como se configura la cuarta generación de los medios de masa, desarrollando teórica y prácticamente los elementos puestos a punto por los propagandistas entre 1914 y 1918.
Destaca igualmente el papel que jugó (y juega) la prensa en la política, en la toma de decisiones y en el posicionamiento de sus seguidores a favor de uno u otro partido o ideología. En la realidad Hearts fue acusado de xenófobo y de ir contra las minorías, de apoyar al gobierno nazi y preparar el camino para la caza de bruja contra los comunistas. Su máxima era: “I make news”.
“Citizen Kane” es el retrato no solo de un hombre sino de todo un sistema, de todo un negocio informativo, de un imperio que nació dentro de otro imperio hegemónico como es Estados Unidos. A través de la vida agitada de Kane, vemos el poder que otorga el control de la información, que convierte al que lo posee en un actor a tiempo completo del teatro de la política y la sociedad.
