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martes, 15 de agosto de 2017

Controlar el estado de exaspero, la clave en las rutinas diarias

Por Janet

Movernos lentamente propone tomar el control de nuestro tiempo y apartarnos del estrés, dándonos la prioridad a disfrutar lentamente de las actividades que mejoran el desarrollo personal. Aquellos que ya practican este estilo de vida argumentan que es necesario tomarnos las horas y minutos necesarios para producir algo con una buena calidad, disfrutar todo el proceso y adaptarnos al ritmo natural del planeta. Este estilo de vida se dice que es muy conveniente para aquellas personas que llevan un ritmo de vida muy agitado y que a su vez declaran no alcanzarle el tiempo. Todo es una cuestión de disposición y planificación que se ha logrado mediante la implantación en nuestras rutinas del movimiento lento.

El mayor secreto se encuentra en tomarnos todo con calma, estar tranquilos, para de esta forma lograr el equilibrio y hacer de todo un dinamismo armónico disfrutando cada etapa u actividad en lugar de querer realizar rápido las actividades. Con esta rapidez lo único que logramos es exigirnos cada vez más y estresarnos.

Este estilo de vida surgió alrededor de los años 80 en el país italiano. La causa fue debido al auge de la comida rápida. Al pasar los años se fue fomentando la idea de no hacer las cosas solo por llevarlas a cabo o cumplir una meta, sino disfrutar todo el proceso volviéndola una experiencia única para cada quien. Esta filosofía o estilo de vida, se fue adaptando para casi todos los aspectos de la vida.

Uno de los principales histriones de este movimiento, Carl Honoré, asegura y afirma que el objetivo principal de esta tendencia es romper con la imagen realizar las cosas a un paso lento es malo, sino que se trata de confrontar que en momentos no es mala idea poner el freno para dedicarse por completo a ciertas labores, tal es el caso de una comida familiar o solucionar un problema laboral. Para estas labores es necesario realizarlo de una forma más tranquila, dejando atrás esa prisa y estrés que el hombre actual ha hecho tan habituales.

Escapar de la prisa es ser razonables acerca del tiempo que puede ser invertido en todo lo que hacemos y que además desarrollemos la habilidad de satisfacer la marcha de cada momento de nuestro día, permitiendo acelerar y dar todo de sí solo en los momentos que lo ameriten.

Para comenzar a aplicar esta filosofía, debemos tan solo reconocer que existen ciertos asuntos o tareas que solicitan les dediques más de tu tiempo, como es el caso de la familia, la salud y el trabajo, y existe otros que ciertamente no merecen mucha atención, estos si puedes acelerarlos para no desgastarnos tanto en el proceso.

Este estilo de vida posee un aspecto positivo e importante y es que es muy flexible por lo que puede ser adaptada a los aspectos de tu vida que más elijas. Lo más importante es que llevarla a cabo, se trata de cambiar nuestra mentalidad y varios de los hábitos por lo cual es un proceso al que la persona se irá adaptando de a poco. Pero recuerde que siempre debemos coger las cosas y problemas con calma para poder darle soluciones veraces y verdaderas.