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sábado, 12 de agosto de 2017

El lince ibérico, una especie a proteger

Por G_nkerbell

Recientemente se anunció que una de las joyas de la naturaleza europea, el lince ibérico, presentaba un aumento palpable en su población, luego de una alerta sobre el peligro en que se encontraba la especie producto de la actividad humana. El último recuento oficial realizado por los expertos durante la pasada primavera elevó la cifra hasta los 483 ejemplares, distribuidos por montes de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y la zona sur de Portugal. A estas alturas, las mediciones de las distintas poblaciones pronostican que el medio millar de animales ha sido sobrepasado desde el 2002, cuando su hábitat se limitaba a 125 hectáreas, territorio que ahora supera las 1.600.

Recientemente se anunció que una de las joyas de la naturaleza europea, el lince ibérico, presentaba un aumento palpable en su población, luego de una alerta sobre el peligro en que se encontraba la especie producto de la actividad humana. La población del lince  alcanzó los 500 ejemplares por primera vez desde que hace 15 años  la especie se declaró en peligro crítico de extinción con una población de apenas 94 felinos.

Desde el año 2002, la curva de animales se ha mantenido ascendente, a pesar de las constantes amenazas que debe sortear la especie: los atropellos en carreteras y la escasez de conejos silvestres, además de las numerosas enfermedades mortales que han disminuido notablemente su número durante la última década.

El último recuento oficial realizado por los expertos durante la pasada primavera elevó la cifra hasta los 483 ejemplares, distribuidos por montes de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y la zona sur de Portugal. A estas alturas, las mediciones de las distintas poblaciones pronostican que el medio millar de animales ha sido sobrepasado desde el 2002, cuando su hábitat se limitaba a 125 hectáreas, territorio que ahora supera las 1.600. Las muertes de linces, una alarma recurrente en la etapa de verano, se ha logrado mantener bajo control luego del pico que tuvieron en el año 2014, cuando fallecieron alrededor de 36 ejemplares, 20 de los cuales fueron atropellados en las carreteras.

Miguel Ángel Simón, director del programa Life+Iberlince y responsable de las reintroducciones de ejemplares en libertad, liberó en los montes a 40 animales el año pasado y ha manifestado tener altas expectativas en los beneficios de este programa para que esta especie siga aumentando. En el último lustro, ese programa, financiado en un 60% por la Unión Europea y un 40% por Administraciones españolas, ha reintroducido 185 linces en las zonas de  Guarrizas y Guadalmellato en Andalucía, Sierra Morena Oriental y Montes de Toledo en Castilla-La Mancha, el Valle del Matachel en Extremadura y el valle del Guadiana en Portugal.

Para hacer frente a las muertes por atropello, las Administraciones de los diferentes territorios donde habita la especie han puesto en marcha varios planes cuya principal arma son los conocidos  pasos de fauna, que benefician al lince y de igual forma a otros animales como el ciervo, el zorro, la jineta o el gato montés. Estos pasos no solo preservan la vida de los animales sino también de los propios conductores pues de esa manera se evitan los accidentes al atropellar especies de gran tamaño como los ciervos.

Respecto a los conejos silvestres, principal fuente de alimento de los felinos, estos han sufrido en diferentes etapas la enfermedad hemorrágica-vírica, que ha causado estragos a su población. Los responsables del programa de conservación Life-Iberlince optaron por realizar en el año 2013 un plan de choque con repoblaciones de conejos silvestres en los territorios del lince. En la actualidad, se ha decidido que los linces serán los que se reintroducirán en aquellos montes que ya disponen de grandes poblaciones de conejos. El otro factor que ha perjudicado la población del lince ibérico ha sido la caza furtiva. Muchos de estos animales caen en trampas puestas para zorros y los cazadores ocultan los cadáveres para evitar pagar las multas que conlleva matarlos.

El censo del lince ibérico se hace mediante el método foto-trampeo en la zona de Andalucía y de igual manera por seguimiento directo de los ejemplares liberados en Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. En paralelo al éxito de las reintroducciones de linces criados en cautividad por toda la Península, el esfuerzo por mejorar la salud de las crías para que puedan resistir enfermedades que atacan a la especie en su hábitat natural. De esta manera, Europa y España se preocupan por preservar uno de los regalos más grandes que la naturaleza ha puesto en su territorio.