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martes, 22 de agosto de 2017

En tiempos de terrorismo, ¿qué es lo normal?

Por LauraB

Usted puede cambiar su foto de perfil, inundar Twitter de conmovedores hashtags y mostrar su indignación como demanda estos tiempos. El terrorismo, el extremismo, la fe ciega, la muerte y la irracionalidad en la que estamos viviendo nos está haciendo inmunes a fenómenos como los atentados en Iraq, o Barcelona, Londres, Niza…cualquier parte del mundo. Asumimos como “normal” que venga un yihadista u otro que le jure lealtad al Estado Islámico –Daesh en árabe- y atropelle a una multitud en una céntrica y turística zona, o que entre a un centro comercial o cafetería y apuñale con un cuchillo a cualquiera que se encuentre en su camino.

Asumimos como “normal” los bombardeos a centros hospitalarios los llamados “errores de cálculo” que siempre acarrea una guerra como la de Siria. También es cotidiano para nosotros un tipo como Donald Trump en la presidencia de una potencia mundial que lejos de apaciguar los ánimos, aviente ideas de extremistas neonazis.

Duelen Barcelona y Finlandia, los últimos objetivos del terrorismo; pero también duelen las personas que mueren en su intento por cruzar el Mediterráneo, duelen los migrantes desalojados de campos en suelo europeo, duelen las imágenes de Gaza, Londres y Siria.

El punto es ¿quién o qué para esto? Si de un lado existe una guerra nuclear a punto de estallar –verbalmente estalló hace rato- y del otro llevar las desavenencias a su punto más álgido para provocar guerras que alimenten al gran monstruo que es la industria militar.

De un lado Occidente sataniza a todos los musulmanes o quienquiera que tenga un parecido. Profesar una fe que no entendemos no es sinónimo de riesgo. El riesgo viene cuando se lleva al límite. Del otro lado, un Oriente que está respondiendo a los siglos de saqueo occidental con violencia. Resultado: el mundo es cada día un lugar más inseguro.

No hay una sola víctima de terrorismo que no merezca el consuelo debido. Hoy estar en el lugar y el momento incorrecto puede costarle la vida.

Mientras tanto, seguimos cambiando la foto de perfil en todas nuestras redes sociales como manera contemporánea de expresar una posición. Seguimos condenando los muertos europeos y obviando los africanos. Total, pensamos, ese es el destino de los africanos, sirios, palestinos…no el de Europa. Venga de donde venga el terrorismo es una acción deleznable que debe ser combatida y arrancada de raíz. Imagino una coalición internacional comprensiva con las costumbres del otro, aun cuando no las entendamos, que entienda además que el respeto al derecho ajeno es la paz, tal y como acuñó el benemérito de las Américas Benito Juárez.