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viernes, 18 de agosto de 2017

La Unión Europea se plantea acabar con la obsolescencia programada

Por Yamy

Seguramente en muchas ocasiones te ha extrañado lo poco que duran tus equipos y te has preguntado por qué; incluso habrás pensado que algo no está bien, que parecía en perfecto estado, que lo has cuidado, y que antes todo duraba cien años. Pues bien, no es casual, debes saber que existe un fenómeno llamado obsolescencia programada, creado por el hombre para que los distintos efectos, aparatos o útiles tengan vida limitada y te genere la necesidad de sustituirlo. Es la base del consumismo irresponsable.

La Unión Europea quiere acabar con la obsolescencia programada, y para ello el Parlamento espera aprobar una medida para que los usuarios puedan reparar sus dispositivos fácilmente y en cualquier proveedor no oficial. La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es el establecimiento del fin de la vida útil de un producto. De ese modo, tras un período de tiempo calculado minuciosamente por el fabricante, el artículo se torna obsoleto, inservible o no funciona adecuadamente. El objetivo de la táctica tiene un trasfondo económico, y es sencillo: que el consumidor compre otro producto.

Los consumidores deberían esperar que la vida útil de los dispositivos sea muy superior a la actual. Para terminar con la obsolescencia programada en el mercado de la electrónica y la informática, el Parlamento Europeo ha solicitado a una comisión trabajar junto a las diferentes marcas para asegurar que los consumidores puedan reparar sus dispositivos de forma sencilla en cualquier proveedor y no solo con los elegidos por las empresas.

Aunque se trata de momento de una petición para explorar la situación del mercado, se espera que la nueva estrategia tenga consecuencias importantes. Una de las recomendaciones del parlamento es exigir a los fabricantes que permitan extraer y cambiar de forma sencilla las baterías de los productos, y así no tendrían que tirarlo, simplemente repondrían la pieza defectuosa. También sugieren crear una etiqueta europea para identificar productos de fácil reparación y ampliar los periodos de garantía si los productos pasan más de un mes en el taller.

El Parlamento quiere también proteger con ella a los compradores de grandes electrodomésticos con nuevas leyes que impidan a los fabricantes vender productos cuyo rendimiento se vea afectado al poco tiempo de caducar la garantía. El esfuerzo busca reducir la cantidad de basura electrónica que se genera en el continente porque los desechos tienen un impacto crítico para el medio ambiente, y por consiguiente, desastrosas consecuencias en la vida humana.

La obsolescencia es la caída en desuso de algunos productos motivada por la falta de funcionalidad en comparación con las nuevas tecnologías incluidas en el mercado. Un ejemplo cotidiano es que la mayoría de las personas rechazan el teléfono móvil de teclas y prefieren uso mayoritariamente el teléfono inteligente y táctil porque están más a la moda o son muy atractivos, y no porque los otros funcionen peor. Por supuesto que en este caso influyen las funciones de cada aparato, que con cada uno se renuevan, amplían y mejoran. Es un tema muy complicado de combatir, es muy fácil sucumbir porque todos queremos estar actualizados con lo último en tecnología. La cuestión es, ¿lo necesitamos? El producto debe estar diseñado para convencer al cliente de que es un producto de calidad, a pesar de que el tiempo necesario para sustituirlo sea más corto que el tiempo real de vida. De esta manera, cuando falle, el cliente tendrá que comprar otro, normalmente la versión actualizada. Este comportamiento es poco ético, y los consumidores pueden reaccionar comprando otra marca diferente. Por lo general muchas veces no es perceptible. Para que la obsolescencia programada funcione y sea efectiva, el cliente debe sentir que su compra ha tenido una buena relación calidad-precio; además, debe tener la suficiente confianza en el fabricante o la empresa. La renovación constante de los productos, ya sea por incluir innovaciones o motivada por la obsolescencia, tiene una gran repercusión en la sociedad. No obstante existe un sello contra la obsolescencia programada. Los aparatos que no la tienen y luchan en su contra se pueden reconocer por las siglas ISSOP: Innovacion Sostenible sin Obsolescencia Programada.