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sábado, 19 de agosto de 2017

Un Barça sin sustancia

Por Eme

Unos lo achacan a la soledad de Messi después de la partida de Neymar y el acompañamiento de un Luis Suárez sin esa magia para resolver embrollos en esta pretemporada. Otros a la falta de un sustituto, de ese hombre que sea capaz de entrar y revolucionar un partido. Otro tanto apunta hacia el medio campo, hacia las horas acumuladas de Busquets e Iniesta, a los vaivenes de Rakitic, a una saga que tiembla ante equipos de nivel. Lo cierto es que el inicio de la nueva temporada pinta fea para Valverde quien tendrá que hacer de tripas corazón para juntar su equipo en el plano anímico y profesional.

El Real Madrid no ganaba Supercopa de España y Liga en una misma temporada desde 1988. Sin embargo, Zizou, apoderado de esa mística increíble que tuvo como jugador, ha echado a andar un club merengue que hace no tanto apenas podía soñar con pelear por el torneo doméstico español y que hoy se jacta de prescindir de sus titulares y aun así conseguirlo todo.  Lo dicen las estadísticas: nunca antes el Real Madrid había derrotado al equipo culé en 72 horas. Y lo hicieron sin sudar. Bastaron dos zapatazos de Asensio, otro de CR7, la intransigencia de Benzema y un mediocentro capaz de destruir y armar el juego que los llevase a la gloria. Hoy el equipo de Florentino es superior al de Bartomeu, y eso lo ha reconocido el mismísimo Piqué en declaraciones posteriores al partido de vuelta de Supercopa. Ha necesitado Zidane 18 meses para hacer lo que del Bosque en 4 años. Y lo ha conseguido con unos jovencitos llenos de ganas y unos “maduritos” bien conservados a golpe de rotaciones.

¿Podrán resolver este lío Paulinho, Dembelé o Coutinho? Desde dentro y fuera del club todos miran hacia ellos como la salvación del Fútbol Club Barcelona. No obstante, ¿serán estos fichajes más efectivos que los de Umtiti, Vermaelen, André Gomez, Arda…? Ahí radica el principal problema. La filosofía culé ha tirado de su juego de toque preciso y fino, de su delantera mágica para resolver partidos. Pero muerto el tridente MSN, al que se le encomendó todo el peso de las aspiraciones blaugranas, la estabilidad y dominio del mediocentro barcelonista hoy no existe. Y no existe desde los titulares. Vaya usted a buscar en el banquillo. Rakitic depende de su gracia rachera, Arda no fue nunca en Can Barça aquel jugador que mordía en el Atlético de Madrid e infundía miedo y respeto. Sergi Roberto ha rotado por tantas posiciones que ha terminado por huirle a la especialización que hubiera probado su estatus de “marca de la casa”, André Goméz…mejor preguntarle a los aficionados y especialistas por el portugués. Si giramos hacia la defensa del fuerte, mejor ni empezar. Solo Piqué parece seguro más allá del autogol en el primero de los dos clásicos. Vamos, que cualquier la mete en propia puerta. A Mascherano le pesan los años de guerrero. Y el resto. El resto solo ha adornado una plantilla que hoy no engancha a nadie. Porque el Barça ya no enamora. Es así de triste.