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lunes, 11 de septiembre de 2017

100 mil veces mayor que el Sol

Por DianaLeon

Cerca del centro de la Vía Láctea hay evidencias de la existencia de un agujero negro que posee una masa unas 100 mil veces mayor que la del Sol. Este es el segundo agujero negro más grande de la galaxia y fue descubierto por astrónomos japoneses mientras estudiaban el movimiento de los gases de una nube tóxica. Este tipo de agujero negro de masa intermedia es útil para completar los vacíos en la investigación sobre los objetos más masivos del universo. Los más pequeños se forman cuando tipos particulares de estrellas explotan. Este nuevo agujero negro supermasivo hallado, en lo relativo a extensión, solamente es superado por Sagittarius A, un agujero hallado en el 2015 y que, de acuerdo a los investigadores, se formó hace 900 millones de años.

Según Nature Astronomy en su más reciente estudio publicado este lunes, cerca del centro de la Vía Láctea hay evidencias de la existencia de un agujero negro que posee una masa unas 100 mil veces mayor que la del Sol y que se encuentra escondido en una nube de gas molecular. Los especialistas consideran que este podría ser uno de los agujeros negros de masa mediana que proporcionaría importante información a los astrónomos sobre la formación de los agujeros negros supermasivos.  

Este es el segundo agujero negro más grande de la galaxia y fue descubierto por astrónomos japoneses mientras estudiaban el movimiento de los gases de una nube tóxica y, de acuerdo con Nature Astronomy, se encuentra en el centro de la Vía Láctea. Su hallazgo se produjo cuando los especialistas operaban el radiotelescopio ALMA ('Atacama Large Millimeter/submillimeter Array'), ubicado en el desierto de Atacama, Chile, siguiendo el movimiento de esos gases tóxicos, que eran arrastrados por ondas gravitacionales, fenómeno que podría darse debido a la presencia de un agujero negro en un área circundante de alrededor de 1.4 mil millones de kilómetros.

El astrónomo de la Universidad de Keio, en Tokio, Tomoharu Oka explicó que esta es la primera detección de un agujero negro de masa intermedia en la Vía Láctea. El científico estimó además que el objeto supermasivo hallado podría ser el núcleo de una galaxia enana que se consumió hace miles de millones de años durante la formación de la Vía Láctea.

En ese sentido, este tipo de agujero negro de masa intermedia es útil para completar los vacíos en la investigación sobre los objetos más masivos del universo. Los más pequeños se forman cuando tipos particulares de estrellas explotan. Según los expertos, la Vía Láctea alberga a cerca de 100 millones de ellos, aunque solamente unos 60 han sido descubiertos, pero los astrónomos sospechan que cada galaxia podría contener un agujero negro supermasivo en su interior.

En el otro extremo, los astrónomos desconocen cómo se forman y también cómo logran tal cantidad de masa, fundamentalmente cuando parece que estos existen desde que el universo era relativamente joven, es decir con solo unos pocos cientos de millones de años. De acuerdo con los científicos, ese enigma podría resolverse si existieran agujeros negros de unos pocos cientos de miles de masas solares, como si fueran semillas para sus semejantes con mucha mayor masa. Sin embargo, ese tipo de agujeros negros intermedios no ha sido detectado, existiendo en la actualidad solo unos pocos candidatos convincentes para ser incluidos en esa categoría.

Este nuevo agujero negro supermasivo hallado, en lo relativo a extensión, solamente es superado por Sagittarius A, un agujero hallado en el 2015 y que, de acuerdo a los investigadores, se formó hace 900 millones de años, después de la explosión del Big Bang que dio origen al universo. El agujero está situado en un cuásar, o sea, una fuente luminosa de energía electromagnética que produce radiaciones mil millones de veces mayores que las del Sol. Este gigantesco agujero negro tiene una masa equivalente a 12 mil millones de soles.

Los agujeros negros son densas concentraciones de materia que provocan fuertes campos gravitatorios a tal punto que ni siquiera la luz puede escapar. Los agujeros negros supermasivos son agujeros negros con una masa del orden de millones o decenas de miles de millones de masas solares. Un agujero negro puede ser originado por explosiones de estrellas, que pueden provocar  un agujero negro con una masa semejante a la de dicha estrella; por su parte, un agujero negro supermasivo se desarrolla mediante la fusión con otros agujeros negros o capturando un gran número de estrellas y enormes cantidades de gas.