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domingo, 24 de septiembre de 2017

Amamantar en público, el fin de un perjuicio

Por Janet Rios

Las alternativas van desde amamantar hasta los cuatro o seis meses, no hacerlo nunca, seguir después del año y un sinfín de opciones más. Aunque se trata de una decisión personal, la sociedad tiene mucho que decir al respecto: el pediatra, en la tele, los amigos, en el trabajo... ¡Incluso en lugares públicos! Una situación que acaba pesando en la toma de decisiones y por lo que la lactancia deja de ser un tema privado para convertirse en una controversia. Varias lo siguen haciendo con su hijo de cinco años. ¿Se han encontrado con críticas, apoyos o indiferencia? Ellas mismas lo cuentan.

"Me hacía falta que alguien me apoyara para tomar la decisión y encontré ese sostén en mi marido, así empecé a ser una mamá feliz”. Esta mamá reconoce que de vez en cuando la culpa regresaba, pero entonces miraba a Luna, que crecía sana y se auto convencía de que era la mejor opción. Hasta que llegó Daniel, su segundo hijo, y todo volvió a empezar. “Leí mucho acerca de posturas idóneas y formas de facilitar el enganche al pezón, hasta volví a comprar las cremas que me habían recomendado para evitar irritaciones antes de que naciera Daniel”. Su intención era intentarlo y pensó que esta vez sería capaz, pero se repitió la misma historia. “Con la excusa de que me tenía que incorporar al trabajo, corté la lactancia a las cuatro semanas”.

Helena todavía amamanta a su hijo Javi de cinco años; afirma que no le importa la opinión de los demás, pues de otra forma, seguro habría dejado de hacerlo hace tiempo. “Claro que me he dado cuenta de que otras madres me miran ‘raro’, como si estuviera haciendo algo prohibido. Me preguntan si no me muerde, si no me parece antinatural mantener la lactancia ahora que Javi ya tiene edad para comer con cuchillo y tenedor, o si mi pareja está de acuerdo. Pero para nosotros es especial, nos relaja y, desde luego, creamos un vínculo. ¿En qué momento lo dejaré? La naturaleza es sabia, así que cuando toque cortar ese cordón umbilical será porque ya es tiempo. Supongo que él ya no me lo pedirá o quizá, mi cuerpo diga que ya. Hasta entonces, ¿por qué acabar con un momento tan bonito?”.

En el caso de esta mamá, el sentimiento de ir contra la mayoría también ha estado presente, aunque eso no ha sido un problema y añade que “a él le encanta. Hasta el momento ningún compañero de la escuela le ha dicho nada negativo al respecto y si ocurriera, no creo que se sintiera mal, aunque hablaríamos y decidiríamos entre los dos. No voy a seguir amamantando a mi hijo si eso le crea algún perjuicio, eso lo tengo claro. Pero no es el caso”.

A pesar de los esfuerzos, no todos piensan que lactar en público sea buena idea. “Siempre pensé que un acto tan bonito y natural como amamantar no podía hacer enfadar a nadie”, cuenta Silvia, mamá de dos niñas, de cinco meses y tres años. “Hasta que un día, estando en un restaurante, una señora se acercó para preguntarme si me importaría hacerlo en privado porque no le parecía el lugar correcto. No concibo que haya gente a la que le moleste”.