Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

sábado, 23 de septiembre de 2017

Cuba y sus inicios fotográficos

Por Miss GD

El inicio de la prensa ilustrada cubana lo marcó la revista La Moda o El recreo semanal del bello sexo, el 7 de noviembre de 1829, con un retrato en la portada de la Reina María Cristina grabado en madera por el artista norteamericano William Hogland y además, sus páginas interiores mostraban cuatro figurines grabados en La Habana por Manuel López. La mayoría de las ilustraciones que inundaron las publicaciones cubanas de esa etapa provenían del extranjero, y constituían dibujos y grabados.Ya a partir de 1850 aparecieron revistas como La Charanga y El Moro Muza, ilustradas casi en su totalidad por el célebre pintor Víctor Patricio de Landaluce, con caricaturas, historietas, y dibujos a línea de noticias importantes.

La Cuba colonial del siglo XIX acogió publicaciones de todo tipo, desde sociedad y política, hasta las llamadas pintorescas, dedicadas a temas artísticos y que fueron las primeras en incluir las ilustraciones en sus páginas, que en esos momentos se realizaban la mayoría a partir de grabados en madera o metal y podían tardar semanas. El inicio de la prensa ilustrada cubana lo marcó la revista La Moda o El recreo semanal del bello sexo, el 7 de noviembre de 1829, con un retrato en la portada de la Reina María Cristina grabado en madera por el artista norteamericano William Hogland y además, sus páginas interiores mostraban cuatro figurines grabados en La Habana por Manuel López.

La mayoría de las ilustraciones que inundaron las publicaciones cubanas de esa etapa provenían del extranjero, y constituían dibujos y grabados.Ya a partir de 1850 aparecieron revistas como La Charanga y El Moro Muza, ilustradas casi en su totalidad por el célebre pintor Víctor Patricio de Landaluce, con caricaturas, historietas, y dibujos a línea de noticias importantes. Para entonces ya habían llegado a Cuba las noticias vinculadas a las primeras fotografías.

Historias sobre la existencia del daguerrotipo llegaron a Cuba gracias al dibujante y litógrafo Federico Mialhe, quien exhibía en una de las salas de arte parisinas Ochenta croquis del país de los Pirineos y gracias a eso participó en la presentación de Dominique François Jean Arago en la Academia de Ciencias de París sobre los ensayos de Daguerre. Además, La casa comercial El Buen Gusto de París, de J. Escalambra, situada en la calle Obispo No. 27, entre Cuba y Aguiar, fue el primer establecimiento en Cuba que ofertara materiales fotográficos, y en la popular librería de Ramis, en la calle Obrapía No. 8, se distribuía el libro Exposición Histórica de los procedimientos del Daguerreotipo y del Diorama, de J. M. Daguerre.

Comenzaron entonces a llegar a Cuba las cámaras de daguerrotipos, con las que hicieron las primeras fotografías personajes como Pedro Tellez Girón, hijo del entonces Capitán General de la Isla, que retrató la vista de una parte de la Plaza de Armas y el norteamericano George Washington Halsey, que inauguró por primera vez en Hispanoamérica un estudio comercial de retratos al daguerrotipo cubano. El primer daguerrotipista cubano fue Esteban de Arteaga, que había estudiado en París y a su regreso a La Habana adquirió una galería en la que ofrecía retratos tradicionales, imágenes coloreadas al daguerrotipo y venta de cámaras y productos químicos. Este método comenzó a desarrollarse en Cuba y ya en 1840 el vocablo fotógrafo se usó por primera vez en la prensa en un artículo publicado en la primera plana del Diario de La Habana, pero solo se popularizó años más tarde.

En la década 1850 se llevaban a cabo nuevos experimentos en materia de fotografía con colodión, ambrotipo e impresiones sobre papel, se publica en la Revista de La Habana el primer artículo periodístico dedicado a los fotógrafos de La Habana, y aparece una relación de los retratistas al daguerrotipo que incluía a Encarnación Irostegui, la primer mujer fotógrafa cubana.

Sobre la retratista de la galería de Pedro Arias situado en la calle de O’Reilly número 6, junto a la puerta de Montserrate, el Diario de la Marina, publicó la siguiente nota:“La ultima especialidad, la sorprendente, la que es enteramente nueva entre nosotros, es la siguiente: desde hoy el bello sexo habanero podrá ir con toda confianza al referido laboratorio con la firme convicción de ver reproducida su imagen por la habilidad de una persona de su sexo que, consagrada por mucho tiempo, ha llegado ha obtener tan buenos resultados como el mejor retratista. Esperamos que este anuncio sea suficiente publicidad para que las señoras no dejen de aprovechar esta feliz oportunidad que acaso sea por poco tiempo”.