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martes, 12 de septiembre de 2017

Donald Trump y su politica anti-dreamers

Por Lissette Noemi

El gobierno del presidente nortemericano Donald Trump anunció el martes pasado que en seis meses pondrá fin a un plan de alivio migratorio que exime de la deportación y concede permisos temporales de trabajo a unos 800.000 inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños. El Departamento de Seguridad Nacional dijo que los inmigrantes cuyo beneficio terminará antes del 5 de marzo de 2018 tendrán hasta el 5 de octubre de este año para gestionar la renovación.

Otra vez vuelve  a ser noticias las decisiones del presidente norteamericano Donald Trump sobre los emigrantes. Otra vez su eslogan  «Make America Great Again» vuelve a ponerse en tela de juicio dadas sus decisiones contra la comunidad de emigrantes que también forman parte de esta América que el supone querer hacerla genial nuevamente.

Esta vez el epicentro fue el programa puesto en marcha por Barack Obama que protegía de la deportación a más de 800 mil jóvenes emigrantes que habían llegado a tierra norteamericana siendo niños, no poseían la ciudadanía o residencia pero estaban completamente integrados a la sociedad norteña. La derogación de esta ley ha suscitado evidentemente  muchas polémicas en esta comunidad latina que llegó a USA con menos de 16 años y hasta la fecha se habían beneficiado del programa que les permite estar legalmente en un periodo de dos años renovable.

Para acogerse a esta ley, era necesario haber llegado a los estados unidos con menos de 16 años o 15 como mínimo y 31 como máximo, haber vivido en el país de manera ininterrumpida desde el 2007 así como poseer estudios secundarios o haber prestado servicios en filas militares y no poseer antecedentes penales.

La población civil -como era de esperar- se ha manifestado en contra de la legislación movilizándose en las principales ciudades del país. La iniciativa es la principal y más alta prioridad en el avance de reformas del mandato de Donald Trump, quien desde enero pasado determinó cumplir sus promesas electorales de combatir toda inmigración ilegal. Congresistas republicanos de estados como California, Texas y La Florida defienden la permanencia de los “dreamers” toda vez que han solicitado al presidente que no derogue esta iniciativa de fronteras abiertas que promulgó del ex presidente Obama.

El fin de este plan - conocido como DACA por sus siglas en ingles - se hará efectivo dentro de 6 meses con el objetivo de  forzar al congreso a buscar una alternativa más viable y no tan radical. Este grupo de “dreamers” representan, nada más y nada menos, que una población de 11 millones de inmigrantes ilegales que actualmente se calcula, vivan en los Estados Unidos.

El DACA ha permitido incluso estudiar en universidades a muchos emigrantes ya que mediante el se pueden pagar tarifas educativas que ingresaban los residentes, en lugar de pagarlas como extranjeros ya que el monto es mucho más alto. Trump afirmó que la primera y más alta prioridad en el avance de esta reforma migratoria es optimizar los trabajos y proveer a los trabajadores estadounidenses de mejoras en el empleo, seguridad social y de sus familias.

La eliminación de DACA ha provocado además el “arreglo” con  funcionarios electos y empresarios durante las recientes semanas por lo cual se prevén protestas los días venideros. A esta decisión de Trump se suman también como parte de esta política antiinmigrantes, la construcción del muro con México, el veto contra seis países en su mayoría musulmanes y las amenazas contra ciudades santuarios.