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sábado, 30 de septiembre de 2017

El abrazo para México

Por LauraB

El mundo se ha volcado en estos días hacia México. Esta nación ha sufrido la furia de la naturaleza. Dos terremotos con días de diferencia estremecieron el país. El último de ellos ha dejado un saldo de más de 300 muertos. El caos se apoderó de varios estados mexicanos incluyendo el Distrito Federal, la capital. Las imágenes de los rescatistas intentando hallar con vida a los sobrevivientes y las personas ayudándose entre sí estremecen. 

 

Primero fue un terremoto de magnitud 8,1 catalogado por las autoridades mexicanas como uno de los más fuertes y potentes en casi un siglo. Su epicentro se localizó en la costa del Pacífico. Luego, la semana pasada ocurrió otro de 7,1. El epicentro esta vez fue ubicado en el estado de Morelos, alrededor de 100 kilómetros de Ciudad de México. Mientras los afectados se recuperaban del primero, el segundo sacudió el país el mismo día que hace 32 años era golpeado por un sismo que provocó más de 10 mil fallecidos.

Los especialistas dicen que es muy raro e inusual que dos potentes sismos ocurran entre tan corto periodo de tiempo, pero por su ubicación, México es propenso a sufrir de terremotos. El llamado Cinturón de Fuego del Pacífico hace honor a su nombre. Los países ubicados en esta faja, incluyendo Chile, Colombia, Japón y otros, son propensos a vivir fuertes temblores de tierra.

Por ejemplo, están los terremotos del año 2011 en Japón que condujo a una fuga de una planta nuclear en Fukushima, con unos movimietos de magnitud 9,1. Otros sismos que también han desolado países fueron el de Indonesia en 2004, el de Alaska en 1964 y el de Chile en 1960. Este último ha sido uno de los más potentes jamás ocurridos: alcanzó los 9,5 grados. 

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos en este año ha temblado la tierra 4 mil 200 veces en magnitudes de 4,5 o más. Hasta este mismo periodo del año pasado habían ocurrido cerca de 5 mil terremotos de la misma magnitud, mientras que en el año 2014, fueron unos 6 mil. O sea este año ha sido tranquilo en ese aspecto.

A pesar de la destrucción, desolación y caos que se vive por estos días en México, el país no está solo. La solidaridad hacia los mexicanos y residentes en la nación se ha hecho presente. Las imágenes de los propios afectados ayudando a otros, repartiendo víveres y ofreciendo sus casas quedarán presente como el ejemplo que dio México al mundo en estos momentos tan difíciles.

La solidaridad se ha levantado como bandera en esta nación.