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domingo, 17 de septiembre de 2017

El problema del desempleo en el Capitalismo

Por Jacky

Cuando se habla de crisis cíclicas se refiere a la sucesión de ciclos económicos en el Capitalismo, sistema caracterizado por sucesivas etapas de crecimiento o desarrollo económico y de crisis económica. Marx señaló que el enorme poder de la industria y su dependencia de los mercados, lleva a un incremento de la producción que los satura, disminuyendo los precios y produciendo la paralización de la producción. No necesariamente el desempleo tiene que surgir como resultado de un periodo de crisis, sino que puede verse como uno de los indicios o factores desencadenantes de la misma. El Capitalismo se basa en el trabajo asalariado y este a su vez en la separación de los trabajadores de los medios de producción. Esto hace que el desempleo forme parte inseparable de la condición obrera.

Quizás el término más conocido por los no economistas cuando se habla de crisis es el de crisis cíclicas, proveniente de los estudios y teorías de Carlos Marx. Este se refiere a la sucesión de ciclos económicos en el Capitalismo, sistema caracterizado por sucesivas etapas de crecimiento o desarrollo económico y de crisis económica.

Marx señaló que el enorme poder de la industria y su dependencia de los mercados, lleva a un incremento de la producción que los satura, disminuyendo los precios y produciendo la paralización de la producción; en una repetición de periodos de actividad moderada, prosperidad, superproducción, crisis y estancamiento. La última causa de las crisis, para Marx, siempre es la pobreza y el consumo restringido de las masas.

En cuanto a la duración de esos periodos de crisis, sus causas, desarrollo y repetición existen varios estudios que señalan tanto ciclos cortos (5 a 10 años) como periodos largos (40 a 50 años).

Según la teoría marxista de la crisis, a medida que crece la competencia entre los capitales, crece también la inversión en capital constante (capital invertido en la compra de medios de producción) que reduce la inversión en capital variable (capital destinado a la reproducción de la fuerza de trabajo). Es decir, se aumenta el capital invertido en la adquisición de tecnología y maquinaria, en detrimento del nivel de contratación de la fuerza de trabajo humana, considerada como fuente de valor. Esto conlleva a la disminución de la ganancia del capital, lo que causa una reducción de las inversiones y, entre otros, una reducción del empleo. En resumen, las empresas se arruinan, aumenta el desempleo y la precarización del trabajo, desvalorizándose la fuerza de trabajo.

Sin embargo, no necesariamente el desempleo tiene que surgir como resultado de un periodo de crisis, sino que puede verse como uno de los indicios o factores desencadenantes de la misma.

El desarrollo de las fuerzas de producción viene dado por el logro de que menos fuerza de trabajo pueda encargarse de trabajar con más medios de producción. Esto conlleva a que disminuya la demanda de empleo de las industrias y se produce un aumento en la cantidad de obreros que ofrecen su trabajo, esta es una de las causas del desempleo.

Otra manera de analizar el surgimiento del desempleo es cuando crece el desarrollo de las fuerzas productivas, pues también crece la población obrera debido a una mejora en la situación de vida de la clase asalariada, por lo que mientras por una parte disminuye la capacidad de empleo del Capitalismo, por la otra, más personas ofrecerán su fuerza de trabajo.

El Capitalismo se basa en el trabajo asalariado y este a su vez en la separación de los trabajadores de los medios de producción. Esto hace que el desempleo forme parte inseparable de la condición obrera. La clase obrera incluye en su condición misma la existencia del desempleo. El sistema capitalista no puede funcionar sin la clase obrera pero no necesita siempre a cada uno de los trabajadores individuales los cuales pueden ser despedidos en cualquier momento.

En resumen, el problema del desempleo es resultado del desarrollo de las fuerzas productivas en el Capitalismo. Y podemos decir que el mismo es una característica, una condición y un problema propio del sistema capitalista pues no puede evitarse un desarrollo de las fuerzas productivas, es natural que los dueños quieran lograr una mejor producción y, por tanto, un mayor capital.

A pesar de todos los problemas que trae aparejada para el sistema y la economía el desempleo, quizás la mayor dificultad es la serie de trastornos físicos, morales y psicológicos para los trabajadores en paro. La sociedad los han convertido en apestados al presentarlos como fracasados, vagos e incompetentes, incapaces de aprovechar oportunidades “al alcance de la mano”. Estados depresivos, baja autoestima, sentimientos de culpabilidad y desprecio hacia uno mismo, pensamientos de muerte e incluso suicidio son causas que consecuencias de un problema inherente al sistema capitalista que tiene además, el don de transformar su culpabilidad y trasladarla a los hombros de los vapuleados obreros.

Muchos son los tipos de desempleo que pudieran llegar a definirse, considerando si ocurre en ciclos o periodos determinados, en temporadas o estaciones, su duración, así como las causas de su surgimiento y las dificultades que acarrea para los individuos. En este trabajo analizaremos cuatro tipos de desempleo: cíclico, estacional, friccional y estructural.

El desempleo cíclico consiste en la falta de trabajo durante un momento de crisis económica. Se trata generalmente de periodos no muy extensos en el tiempo y que son revertidos junto a la reactivación de la economía.

El desempleo estacional surge por la fluctuación estacional de la oferta y la demanda. La rama agrícola es clara muestra de este tipo de desempleo: en épocas de cosecha, aumenta la oferta de trabajo y el desempleo tiende a desaparecer; en el resto del año, se produce la situación inversa.

El desempleo friccional tiene lugar por la falta de acuerdo entre empleado y empleador, cuando las características de un trabajo no son satisfactorias para un trabajador y éste se marcha de un empleo en búsqueda de otro. Se trata, por lo general, de un desempleo temporal y que suele ser constante.

El desempleo estructural, también denominado a largo plazo o involuntario, es el más grave ya que supone un desajuste técnico entre la oferta y la demanda de trabajadores y se da cuando la cantidad de puestos de empleo que demanda una economía son menores a la cantidad de personas que necesitan trabajo. Esta situación exige la intervención del Estado para solucionar el desequilibrio. Este tipo de desempleo fue definido por Marx como un rasgo permanente y estructural del Sistema capitalista hasta el punto de crear el concepto de Ejército industrial de reserva para explicar que el Capitalismo necesitaba una reserva de mano de obra suficiente para garantizar unos costes salariales bajos y unas condiciones laborales deficientes. Está definido como un tipo de desempleo de carácter estructural que no disminuye ni desaparece mediante simples medidas de ajuste económico, es permanente pues no depende del tiempo sino de la capacidad de absorción de fuerza de trabajo que tiene el capital constante.