Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

jueves, 21 de septiembre de 2017

Historias del béisbol revolucionario en Cuba: años 70

Por Aliet Arzola

Para la década del 70, Cuba era una potencia beisbolera en toda la regla, con un dominio abrumador en la mayoría de los torneos amateurs que se celebraban a nivel mundial. Los éxitos estaban sustentados en un fuerte campeonato doméstico, en el cual ya las fortalezas no se concentraban en cuatro equipos, sino que se había expandido por varias escuadras, a tal punto que nueve equipos lograron escalar a la cima y solo Azucareros pudo repetir el cetro. Estos años 70 vieron nacer en las lides cubanas de béisbol a figuras excepcionales como Rogelio García, Pedro José Rodríguez, Braudilio Vinent o Lourdes Gourriel, quienes marcaron una época con la selección nacional.

1970: Henequeneros alcanzó escalar a lo más alto del podio gracias a la magia de “Los Tres Mosqueteros”. Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique y Félix Isasi maravillaban por su dinamismo ofensivo que volvía locos a los contrarios. Velocidad, tacto y oportunidad distinguían al trío de correcaminos, de los cuales Wilfredo sobresalió particularmente en 1970, con la segunda de sus cinco coronas de bateo y los lideratos de sencillos (98), anotadas (46) y bases robadas (34). Un año antes había impuesto los récords de hits (140) y triples (13), este último todavía vigente.

1971: Aunque Azucareros se llevó el cetro en una cerrada porfía con diferencia de solo un juego, la novena de La Habana fue la primera que ganó 20 partidos consecutivos en Series Nacionales. Dirigidos por Pedro Chávez, solo dos años después de retirarse, los capitalinos eslabonaron una cadena de 20 sonrisas en fila, racha que les permitió luchar por la corona hasta el último aliento. El récord no duró mucho, porque el siguiente año Mineros arrolló a todos sus oponentes durante 27 encuentros seguidos, marca absoluta del béisbol cubano hasta la actualidad.

1972: En la primera década de la Serie Nacional cuatro lanzadores lograron promediar menos de una carrera limpia por encuentro, pero uno de ellos lo consiguió dos veces. Hablamos del capitalino Ihosvani Gallegos, quien en 1972 retiró 72 innings y un tercio con solo tres limpias permitidas, para una efectividad de otro mundo: ¡0.37! Ya Gallegos, en 1967, había terminado con PCL de 0.80, por lo que, hasta nuestros días es junto al villaclareño José Riveira, los únicos que han logrado liderar dos veces la efectividad del campeonato promediando menos de una limpia por duelo.

1973: Ni siquiera en las campañas de 99 juegos un pelotero había pegado 20 cuadrangulares en Series Nacionales, barrera que rompió el poderoso slugger habanero Armando Capiró. Reconocido por su elegante postura en el cajón de bateo y su potente brazo desde los jardines, el gigante de Santiago de las Vegas impuso un ritmo vertiginoso de vuelacercas hasta llegar a 22, con 74 impulsadas, suficiente para ser nombrado MVP de la contienda. Solo cuatro años después, el 16 de mayo de 1977, Capiró se convirtió en el primer cubano con 100 jonrones en Series Nacionales.

1974: Por segundo año consecutivo, Braudilio Vinent fue líder en juegos completos, departamento que en la actualidad no acapara tantos cintillos, pues ya son muy pocos los lanzadores que trabajan toda la ruta. Pero el panorama era bien distinto 40 temporadas atrás, cuando los relevistas no tenían el mismo protagonismo que ahora y los abridores debían devorar la mayor cantidad de entradas posibles. Vinent, de potente brazo, fue un maestro en el asunto, porque no solo lideró la campaña de 1974 con 16 juegos completos, sino que en su carrera tiró 265 partidos de principio a fin, líder absoluto.

1975: Si dar un no hit no run es complicado, imaginen cuán difícil será estar por tres campañas consecutivas logrando esta hazaña. Sin embargo, el veloz derecho camagüeyano Juan Pérez Pérez consiguió en 1975 su tercer juego sin hits ni carreras en Series Nacionales, luego de estampar dos en los campeonatos anteriores. Hasta hoy, ningún otro serpentinero ha podido concretar tres no-hitters en campañas consecutivas.

1976: Desde bien temprano en su carrera, Pedro José Rodríguez demostró que llegaría lejos con su poder. El fornido antesalista, novato del año en 1974, se convirtió dos campañas después en el tercer pelotero de las Series Nacionales con dos jonrones en una entrada, algo que antes habían conseguido Modesto Gil (Granjeros-1973) y Miguel López (Pinar del Río-1974). Además, “Cheíto”, como se le conoce, fue el primero en remolcar seis anotaciones en un solo capítulo, récord que después los santiagueros Evenecer Godínez y Fausto Álvarez elevaron a siete, mientras otro indómito, Alexei Bell lo llevaba hasta ocho impulsadas en el mismo episodio. Pedro José terminó su carrera de forma prematura, pero aun así conectó 286 jonrones.

1977: Rogelio García comenzó a fraguar su liderato histórico de 2499 ponches en la pelota revolucionaria desde su debut, pero fueron cruciales sus cuatro reinados consecutivos en este departamento. De 1977 a 1980 nadie le discutió al “Ciclón de Ovas” su primacía en estrucados, quien no pudo mantener la punta en 1981, pero la retomó en los dos años siguientes. En seis de siete temporadas alcanzó la punta en ponches, y esos lideratos le aportaron un total de 714 bateadores dejados con la carabina al hombro.

1978: El pinareño Maximiliano Gutiérrez se obsesionó con colgar ceros y ceros de tal forma que, vistiendo la franela de Vegueros, encadenó 47.1 entradas sin permitir carreras, récord que se mantiene vigente en el béisbol cubano y que probablemente perdure hasta la eternidad. Su racha comenzó el 27 de diciembre de 1977 con una lechada ante La Habana, a la cual le siguieron otras blanqueadas contra Isla de la Juventud (11 entradas), Metropolitanos, Granma y Henequeneros. Luego de cinco partidos con los rivales embrujados, Santiago de Cuba le rompió el encanto, pero no del todo, porque al final de la contienda se coronó con Vegueros y terminó de líder en victorias con nueve.

1979: Solo dos peloteros de Sancti Spíritus, Lourdes Gourriel (dobles-12) y Antonio Muñoz (boletos-72), se incluyeron entre los principales líderes individuales en la XVIII Serie Nacional, pero al final de la temporada lograron subir a lo más alto del podio. Comandados desde el banquillo por Cándido Andrade, los espirituanos ganaron con cierta comodidad en un sprint final que enterró a Villa Clara. Gourriel, todavía joven, era la cara de aquella novena junto al temible gigante Antonio Muñoz y Owen Blandino, el “Gallo de Cabaiguán”, quien se erigió en figura determinante por su empuje y liderazgo desde la esquina caliente. Luego de esa corona, Sancti Spíritus no ha vuelto a bañarse de oro en Series Nacionales.