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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Inglaterra se prepara para la autarquía criticando el vino italiano

Por Elizabeth Almeida

Muchas de las nuevas implicaciones del Brexit están separando cada vez más a Reindo Unido de la Unión Europea. Gran Bretaña ha indicado que puede valerse sin el bloque e intenta de todas las maneras posibles y en todos los sentidos sostenerse con su propia producción sin involucrar a ningún otro país del continente europeo en sus gestiones. Pero las implicaciones del Brexit han llegado bastante lejos y no solamente en cuanto a política, sino que el proceso se ha extendido a todas las esferas de la sociedad. Ahora le ha tocado al vino italiano ser el malo de la película. 

 

Ante las acusaciones que sufrió una marca italiana de este producto en suelo británico, el Gobierno italiano consideró que todo se trata de una campaña para promover el consumo de productos locales en Gran Bretaña, sin necesidad de incluir productos provenientes de otras naciones del bloque europeo.

A partir de esta situación, quizás marcada por cierto sensacionalismo y propaganda, la opinión pública se ha preguntado si hay realmente un rigor científico o es pura propaganda el hecho de querer eliminar las exportaciones italianas en Gran Bretaña, mediante la polémica que desató la prensa británica cuando en uno de sus periódicos se entrevistó a un grupo de dentistas que aseguró que el prosecco, un vino italiano, puede dañar seriamente la dentadura. Las ventas del producto rápidamente disminuyeron ante tamaña campaña y los consumidores se volvieron rápidamente a otros vinos en su mayoría de producción nacional.

El prosecco es uno de los vinos más consumidos en el Reino Unido por su calidad y sabor especial. Datos indican que el año pasado se bebieron alrededor de 40 millones de litros en este país. Pero su gran popularidad ha decaído, sobre todo cuando en un un artículo publicado en Daily Post, el reconocido doctor Druian, miembro del London Centre for Cosmetic Dentistry, aseguró que la combinación de burbujas, alcohol y azúcar que lleva ese vino en particular, debido en parte a la acidez de la bebida, es especialmente dañina para la dentadura.

Ante este hecho, se desataron protestas en Italia. Los italianos no opinan lo mismo respecto a un vino producido en Italia de manera habitual. La polémica ganó tal fuerza que inclusó llegó a los oídos del ministro de Agricultura italiano, quien posteó en la red social Twitter contra el rotativo The Guardian, diario donde se publicó otro artículo sobre el vino en particular, pero esta vez en clave de humor. El ministro indicó mediante la red social: “querido Guardian, di la verdad, el prosecco hace sonreír a los británicos , basta de noticias falsas, por favor”.

A pesar de que a situación pudo tornarse cómica por momentos, destaca la implicación tan amplia que ha tenido el Brexit para las relaciones de Gran Bretaña con otros países del bloque europeo. Algo que comienza con un elemento tan usual e inofensivo como el vino puede llevar a cuestionamientos sobre la economía y la política de sanidad e incluso acabar en conflictos entre dos naciones. Probablemente lo más importante de esta cuestión es que definitivamente constituye un reflejo de la tensión derivada del Brexit y de los intentos cada vez mayores para que los británicos consuman más productos nacionales en lugar de importados.

Italia ha respondido, por supuesto a los artículos de The Guardian y explicita la prensa que en este momento de visión autárquica que conlleva el Brexit, Gran Bretaña no puede hacer más que tratar de limitar las importaciones y aumentar el consumo de productos nacionales, en este caso de los vinos espumosos ingleses, afirmó el rotativo italiano Corriere della Sera.