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lunes, 4 de septiembre de 2017

Juego de Tronos: la realidad supera a la ficción

Por Elizabeth Almeida

Si eres uno de los millones de personas que esperan cada año para ver una nueva temporada de la versión televisiva de HBO de la obra de George R. R. Martin, Juego de Tronos,  entonces conocerás que muchos sucesos de la trama de la popular serie son basados en hechos reales de la historia de la humanidad. Muchos de ellos pueden parecer salidos de la fantasía pero lo cierto es que, como muchas veces ya hemos oído, la realidad llega a superar a la ficción. El éxito de la serie radica, además del espectacular trabajo de producción y en la buena calidad de los efectos especiales,  en la humanidad de sus protagonistas que se debaten durante toda la trama entre el bien y el mal llegando a representar a la perfección la amplia gama de emociones humanas que nos convierten en los seres que somos y nos impiden ser solamente malvados o por el contrario corazones puros y nobles al 100%.

Esa misma premisa podría aplicar a una multitud de personajes históricos, cuyas historias se ven reflejadas en los argumentos dela celebrada obra de ficción. Juego de Tronos se convierte entonces en una trama pincelada por las historias verídicas de miembros de la realeza, crueles asesinatos por el poder, sociedades que cayeron y se levantaron, heroicidades y batallas que quedaron registradas en los anales de la historia, no solo en la concepción occidental, sino de toda la Historia Universal.

Pese a que Martin nunca ha confirmado abiertamente las inspiraciones históricas de sus novelas, algunas manifestaciones hacen clara referencia a hechos históricos mientras que otros son parte de la interpretación de aficionados y expertos a la saga.

Si retornamos a la primera temporada de la serie televisiva podemos encontrar paralelismos impresionantes entre el conflicto de dos de las familias más importantes y poderosas de Poniente, la casa Stark y la casa Lannister y la famosa Guerra de las Dos Rosas, que en el siglo XV enfrentó duramente a los miembros de las influyentes casas York y Lancaster.  En la historia se narra que ambas familias se sentían con derecho a ocupar el trono por su origen común en la Casa de Plantagenet, y como descendientes del rey Eduardo III. La muerte de este último se presenta como el inicio de ese conflicto que tendría trágicos desenlaces. Y es que el trono pasó al primogénito de Eduardo "El Principe Negro", un pequeño de 10 años que pasó a ser Ricardo II. El problema se agrava cuando los hermanos del entonces difunto Eduardo "El Principe Negro" se ven saltados de la línea de sucesión por el pequeño Ricardo II. Hechos muy similares a lo ocurrido en la fantasía de Martín con los hermanos Baratheon.

Si somos aún más curiosos podemos pensar que la propia serie se encuentra enmarcada en ese mismo siglo si tuviéramos que identificarla con un periodo histórico específico de la humanidad, atendiendo no solo a la jerarquía social que se narra, sino también al nivel adquirido por sus pueblos en cuanto a instrumentos, herramientas y armamento. Otros aspectos como el llamado fuego valyrio también constituyen un guiño de Martín a la historia de la humanidad refiriéndose al mortal fuego griego, una poderosa arma de lucha en la Antigüedad.

Los seguidores fieles de la historia esperan que para este 2018 finalmente Martin revele la trama del sexto libro de la saga Canción de Hielo y Fuego, aunque la popular serie de HBO se ha lanzado a la avanzada y ha puesto la imaginación a volar con los giros de la trama. Esperemos que el próximo año sea uno fructífero para conocer el desenlace, de una forma u otra, de un cada vez más espectacular Juego de Tronos.