La CIA protege la Costa del Sol
España, en lo que va de año, ha recibido una treintena de alertas por terrorismo yihadista, y los avisos han venido nada más y menos que de la Central de Inteligencia norteamericana (CIA). De acuerdo con fuentes antiterroristas, el contenido de las alertas ha sido exhaustivamente examinado, con todo lujo de detalles por los expertos de las Fuerzas de Seguridad del Estado españolas. Y justamente en una de esas comprobaciones correspondientes, los investigadores llegaron de plano a la conclusión preocupante de que la información recibida contaba con suficientes datos como para avanzar a una indagación más pormenorizada del asunto. En esta ocasión la amenaza involucraba a una importante población de la Costa del Sol, y de acuerdo con las fuentes, los atentados ocurrirían en la presente época estival y serían cometidos por células yihadistas.
El resultado de la evaluación, de lo que obviamente se presentaba ante los expertos como un riesgo real, fue que estos recomendaran de inmediato un importante, aunque discreto, despliegue de las Fuerzas de Seguridad en esta zona, en tanto el objetivo era evitar primeramente la comisión de acciones criminales, pero también no causar alarma a los turistas, de los cuales una gran mayoría son extranjeros, y que pasan sus vacaciones con frecuencia en dicha población, cuyo nombre las autoridades no facilitan por razones evidentes de seguridad.
Para los expertos que participan en la operación, fue justamente esta respuesta la que evitó que los yihadistas pudieran llevar a vías de hecho sus planes terroristas, y uno de ellos dijo que está convencido de que el despliegue de seguridad contuvo los actos criminales, al tiempo que manifestó que “desgraciadamente” se conocen mucho los atentados que los terroristas logran materializar, mientras pocas veces la gente tiene información de aquellos otros que logran evitarse.
Según la experiencia que se ha acumulado por los atentados que han sido perpetrados en Europa, así como en otros países del mundo, tanto por células como actores solitarios del llamado estado Islámico, se ha podido evidenciar que a diferencia de cómo ocurrían estos actos en el pasado, hoy los terroristas no solo preparan sino que ensayan muchas veces la acción criminal que planean ejecutar. De hecho, aseguran los investigadores, si el atentado no incluye el suicidio del yihadista o yihadistas, incluye con lujo de detalles el plan para que el o los autores huyan con la mayor seguridad posible del lugar de los hechos.
Por cómo se desplegó el dispositivo de seguridad en la zona, los investigadores asumen que los terroristas encargados de realizar la información previa al atentado que planificaban en la Costa del Sol, debieron advertir que la zona tenía una mayor vigilancia, o quizás que el punto donde sería cometido el acto terrorista se había vuelto inaccesible por la presencia de vehículos policiales, guardias de seguridad, obstáculos en la vía u otras circunstancias asociadas al dispositivo, que ha supuesto, además, un relevante despliegue de efectivo tanto de medios humanos como materiales.
Para los investigadores “ no es inteligente, no se puede despreciar una información que es aportada por el servicio de espionaje de un país aliado, tan solo porque los datos que se aportan, pueden en algún momento considerarse “insuficientes”.
El verano y el turismo son los escenarios más buscados, y podría decirse que hasta los preferidos del terrorismo yihadista, y eso ha quedado más de una vez claro, lamentablemente, en los últimos años.
Los últimos sucesos de Barcelona son un recordatorio de que ninguna alerta sobra, y de que más le vale al mundo no mezclar la seguridad con cualquier otra situación política que pueda conducir a desestimar erróneamente un aviso de este tipo.
