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miércoles, 27 de septiembre de 2017

La “nomofobia” se apodera de los adolescentes

Por Marta A.

Una nueva epidemia afecta hoy a los adolescentes entre 14 y 16 años, con mayor impacto sobre las chicas. Acaban de diagnosticarla los investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja, quienes lideran, junto con la Universidad de Deusto, el primer trabajo instrumental en idioma español sobre la nomofobia, ese miedo irracional a salir de la casa sin llevar consigo el teléfono móvil, y cuyos resultados colocan a este grupo en la franja de edad con mayor prevalencia.

"No mobile phone phobia" le llaman en inglés a ese temor de los individuos, cada vez más creciente en la sociedad, de no poder comunicarse a través del teléfono móvil o de otros aparatos tecnológicos; miedo que de acuerdo con los expertos, puede ser impulsado por contenidos culturales como es el caso de la serie Black Mirror, sobre la idea de que el mal uso de la tecnología pueda ser la causa de que esta controle cada aspecto de nuestra vida; una representación ficticia de la “sociedad futura” que a fin de cuentas pone, el foco de atención en uno de los problemas relacionados con el uso de estas nuevas tecnologías que más preocupan hoy a la humanidad.

La obsesión por tener el teléfono siempre cargado, al máximo de batería, y la ansiedad ante el pensamiento de no poder utilizar el celular por cualquier motivo, ya sea datos, cobertura…, aparecen entre los comportamientos más frecuentes que presentan los afectados de nomofobia, los cuales evitan por todos los medios, situaciones en las que vayan a vivir etas circunstancias, lo cual obviamente dificulta el desarrollo de una vida normal en los personas.

El sector que las estadísticas muestran como el más vulnerable es justamente el de los adolescentes y jóvenes, subraya en este estudio el primer autor del trabajo, Joaquín Manuel González-Cabrera, director del grupo Cyberbullyng-OUT de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el cual fue publicado en Actas Españolas de Psiquiatría, y representa, dijo “la primera herramienta en nuestro país que cumple con ciertos indicadores de fiabilidad y validez para la evaluación de esta problemática”.

El miedo a perder el acceso a la información y la red de contactos es uno de los elementos más marcados de acuerdo con los expertos, que consideran muy necesario que se elaboren estudios específicos, con el propósito de recoger el amplio abanico de situaciones relacionadas con esa “necesidad” de control del individuo sobre su propia autonomía y conectividad.

Para estudiar dicho patrón de uso problemático nomofóbico, los investigadores expertos adaptaron y validaron un cuestionario mediante el cual se evalúa 4 dimensiones y 20 ítems; a través de los cuales se han establecido tres perfiles: usuario ocasional, usuario en riesgo y usuarios con problemas.

De ahí pudieron llegar a la conclusión que casi el 25 % podría considerarse un usuario de riesgo, hecho este que puede tener consecuencias a medio-largo plazo. Serán indispensables más estudios, sobre todo de seguimiento temporal, con vistas a evaluar su impacto en nuestros adolescentes, dijo González-Cabrera, quien enfatizó que la franja de edad con mayor prevalencia está enmarcada entre los 14 y 16 años, y que las muchachas, al igual que en resto de la literatura disponible en el mundo al respecto, presentan puntuaciones más altas que los varones.

Si bien, aclaran, el uso del smartphone no es por sí mismo negativo, sí se necesita abordar una educación integral que prepare a nuestros niños y jóvenes para ser ciudadanos digitales en la era de la “conectividad”.

La nomofobia, que desde ahora ya se subraya puede situarse dentro de las fobias específicas, es tan solo ese aviso, “peligroso” de que las distopias descritas en la serie Black Mirror puede llegar a nuestras vidas. De asumir que las tecnologías tampoco son del todo inocuas, depende que no sea este el final de la historia.