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viernes, 8 de septiembre de 2017

Las estadísticas de Irma que lo hacen ser un poderoso huracán

Por Yaima

De acuerdo con expertos, para los creadores del sistema de medición de los huracanes, la escala Saffir-Simpson, cuando un fenómeno atmosférico de ese tipo llega a su última categoría, la cinco, que establece vientos sostenidos superiores a los 250 kilómetros por hora, su potencia es tan destructiva que en realidad no haría mucha diferencia si la fuerza de los vientos fuera superior, porque de todas formas sería implacable. Es por eso, quizás, que resultó ilógico crear una categoría seis. Con las anteriores era ya más que suficiente para categorizar a un huracán. El seguimiento a la trayectoria y a las características del huracán Irma, que durante las jornadas recientes azota sin clemencia a las islas del Caribe, ha servido para comprobar el inmenso poder devastador que puede tener un ciclón tropical de máxima categoría. Irma continúa siendo una amenaza, y es uno de los eventos de su tipo más fuertes de la historia.

Sin embargo, el extraordinario potencial destructivo de Irma no solo se puede medir por su categoría en la escala Saffir-Simpson, sino también por sus estadísticas, los récords y las cifras que este fenómeno natural ya ha sabido imponer a la historia de la meteorología.

En primer lugar, la potencia de sus vientos máximos ha sido muy poco usual. De acuerdo con datos divulgados por el Centro Nacional de Huracanes, en Estados Unidos, la intensidad de los vientos máximos sostenidos de Irma ha alcanzado los 298 kilómetros por hora. Eso se escribe fácil, pero imagine ir en su auto a más de 150 kilómetros por hora, imagine ir, entonces, a casi 300. Esa es la fuerza con que golpean los vientos huracanados de Irma. Evidentemente es “justificable” su paso devastador. La estadística de sus vientos es la mayor registrada en el Océano Atlántico desde 1980, cuando pasó el huracán Allen.

Otra ilustración la ofrece el meteorólogo Philip Klotzbach, de la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos, quien explica que la intensidad de sus vientos resulta mayor que la suma de los valores alcanzados por los seis huracanes y tormentas tropicales que le antecedieron a Irma durante esta temporada ciclónica, incluyendo a Harvey.

No obstante, como si fuera poco, los vientos de Irma no solo han sido muy potentes, sino que se han mantenido así por mucho tiempo, algo que no es del todo usual en los huracanes. Ha conseguido tener vientos superiores a los 290 kilómetros por hora, sostenidos, y de categoría 5 por más de dos días. De acuerdo con el meteorólogo Eric Blake, del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, los registros afirman que muy pocos huracanes anteriores habían mantenido esta potencia de vientos por tanto tiempo. El récord anterior pertenecía también al huracán Allen, que los mantuvo alrededor de 18 horas antes de comenzar a debilitarse. Irma aún continúa siendo temible.

Otro aspecto destacable es que ha presentado una presión atmosférica muy baja. Este siete de septiembre quedó registrado que el ojo de Irma tuvo una de las presiones atmosféricas jamás registrada en el centro de un huracán en la región: 922 hectopascal, hasta el momento de esta redacción. Esta herramienta indica la intensidad de los vientos. Mientras más baja es la presión del centro, más intensa es la fuerza de los vientos. El record de la presión anterior pertenece al ciclón Gloria, de 1985, con una presión mínima de 919 hectopascal.

En el ojo de Irma se pudo advertir otro importante registro: su alta temperatura (aproximadamente 22 grados Celsius). Como es sabido, la temporada ciclónica es en esta fecha debido a que para su formación son necesarias ciertas condiciones de verano. Los huracanes surgen por el calentamiento de los océanos, y de ese calor se fortalecen. Normalmente cuando termina ese proceso de alimentación, la temperatura suele descender en su centro. Es por eso que este comportamiento de la temperatura resulta inusual, y mientras no disminuya su temperatura, continuará sin perder intensidad. ¿Cómo logran debilitarse? Alejándose del mar, entrando a tierra.

Un dato que impacta muchísimo es que expertos indican que Irma tiene una potencia destructiva de unos 7 billones de Watts, es decir, alrededor de la mitad de la energía generada por todas las bombas utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial. Según explican, se trata de la mayor energía ciclónica acumulada que ha generado un huracán, en el mes de agosto, desde el año 2004. La cifra de 7 billones de Watts equivale a la suma de la energía que produjeron los 14 ciclones y tormentas tropicales de la temporada de todo el año 2013 en el Atlántico.