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viernes, 22 de septiembre de 2017

Las tortugas gigantes que se pierden en el Mediterráneo

Por javier91

Una enorme tortuga fue hallada muerta este martes en una playa de la localidad española de Calella, en la provincia de Barcelona. Esta tortuga pertenece a la especie Dermochelys coriacea y tiene una longitud unos dos metros de longitud y pesa unos 700 kilos. Según biólogos, este hallazgo es sorprendente porque la presencia de esta especie en el Mediterráneo no es habitual y en 2.000 años «no se han avistado más de diez» tortugas de la misma la zona. La Dermochelys coriacea, que es la tortuga marítima más grande del mundo, suele vivir en aguas tropicales y subtropicales, aseguran.

Asimismo, los científicos barajan que probablemente se trate de un nido de tortugas laúd en la región, ya que es la segunda vez que un ejemplar parecido es hallado en la costa catalana en menos de un mes. Pere Alzina, un biólogo de la localidad, dijo que encontrar en el Mediterráneo una zona de anidamiento de tortugas laúd podría resultar en una sorprendente y descubrimiento para la comunidad científica. El animal fue trasladado a la facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) para la necropsia y posterior investigación.

Estos animales se alimentan de medusas y una de las principales causas de muerte se produce al ingerir plásticos que confunden con la fisionomía propia del alimento. Según los biólogos de la zona, en el Mediterráneo «no se han avistado más de diez en 2.000 años», por lo que se trata de un hallazgo sorprendente ya que este tipo de reptiles prefiere las aguas tropicales y subtropicales.

La tortuga laúd, también conocida como tortuga baúla, es la tortuga más grande del mundo, habiéndose registrado un ejemplar de 916 kilogramos, pero su peso medio se sitúa entre los 300 y 600 kilos con una longitud de 1,6 metros. Este tipo de tortuga, la única especie viva del género Dermochelys, se puede identificar por su caparazón flexible cubierto por piel y carne grasa (en inglés se conoce como leatherback o “espalda de cuero”).

Esta tortuga es de tonalidad oscura y presenta manchas blancas y rosas y las hembras se pueden diferenciar de los machos por su mayor tamaño y una característica marca rosa en la parte superior de la cabeza. También puede ser identificable por las estrechas crestas que recorren longitudinalmente su caparazón y por sus grandes aletas delanteras que pueden llegar crecer hasta los 2 metros. Su tiempo de vida exacto se desconoce ya que los machos nunca vuelven y pasan toda su vida en el mar, pero se cree que pueden llegar hasta los 80 años de edad.

Estas tortugas pueden estar sumergidas entre 30 y 70 minutos, pero habitualmente salen a la superficie a respirar cada 3 a 8 minutos. En su adultez, como las tortugas laúd se alimentan principalmente de medusas, son un remedio natural extraordinario contra las plagas de estos animales ya que pueden comer cientos cada día. Una característica excepcional de estas tortugas es que pueden adentrarse en aguas frías e incluso sumergirse hasta los 1.000 metros en busca de alimento.

Las tortugas laúd persiguen a las medusas sumergiéndose en aguas más profundas durante el día y aguas superficiales por la noche siguiendo el patrón de las medusas. Esta estrategia de caza a menudo coloca a las tortugas en aguas muy frías. Los científicos siguen estudiando cómo puede ser que una tortuga que se alimenta prácticamente en exclusiva de medusas llegue a pesar hasta 600 kilos. A través del rastreo de las tortugas laúd frente a la costa oriental de Canadá descubrieron que tienen preferencia por las especies de medusas de mayor tamaño, como la medusa melena del león, pudiendo comerse dos de estas medusas, y por completo, cada minuto.