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sábado, 23 de septiembre de 2017

Los banqueros del mundo le temen al 2018

Por Marta A.

Ya es noticia confirmada. No habrá que esperar a que llegue el tercer trimestre del 2018 para que se desate el miedo porque desde ahora los banqueros del mundo ya temen esta fecha. A la vuelta del calendario, las ventas de activos por los bancos centrales superarán, casi seguro, las compras a nivel mundial, colocando a las sucursales bancarias  en una situación que desde el año 2008 no se veía. De acuerdo con las previsiones que ha sintetizado el portal informativo Zerohedge, de tres grupos de analistas bancarios sobre lo que pudiese ocurrir el próximo año; los pronósticos apuntan a que la actividad económica a nivel internacional, puede exponerse a un riesgo nunca antes visto, en apenas cuestión de meses.

A lo que hacen mención los expertos es justamente a la previsible contracción simultánea que pueden experimentar las hojas de balance, de al menos cuatro de los bancos centrales: el europeo, de Japón, Suecia, el Reino Unido, así como la Reserva Federal, en Estados Unidos.

Alrededor de 15, 1 billones de dólares en liquidez, lo cual representa 3,1 billones al año, fue la suma que estas cinco entidades de referencia antes mencionadas inyectaron juntas luego de la crisis del año 2008, según estimaciones del Bank of America Merrill Lynch.

Pero, en algún momento, estas van a comenzar a deshacerse de dichos activos, o lo que es lo mismo, vender más de lo que compran, lo cual supone un gran problema para el mercado mundial.

Lo preocupante, es lo que opinan por ejemplo en Credit Suisse, donde los pronósticos indican que ese “momento” donde vamos a pasar al balance cero, está a solo 12 meses de ocurrir. Por su parte, el equipo analítico de Citygroup ubica los marcos temporales entre los 12 y 18 meses, en tanto para Michael Hartnett, quien es el estratega jefe de inversiones de Bank of America, el plazo es más corto, y todo puede suceder abruptamente en los próximos tres o cuatro meses.

No obstante, ese último pronóstico es menos probable, pues el Banco Central Europeo, ya se sabe ha programado más compras récord para estos meses, mucho antes de ponerse a vender.

Mientras tanto, en el caso de la Reserva Federal, el Banco de Japón y el BCE, la política de reducción gradual de la compra de activos realizables, ya se ha iniciado. Mario Draghi, presidente de esta última entidad supranacional, hizo todo lo que estaba a su alcance para intentar disimular esta tendencia el pasado año; asumiéndolo como si fuera un acontecimiento ordinario: enfoque este que obviamente minimizó el impacto sobre el mercado.

Según asegura Hartnett, sus cinco bancos centrales de referencia todavía no han dejado de aumentar la masa monetaria. Estos han comprado activos por un valor de 350.000 millones de dólares en abril, unos 300.000 millones de dólares en el mes de mayo y algo menos de 100.000 millones de dólares en el mes de junio. Pero, opinó, es obvia la tendencia.

En la medida que más alto suban los balances agregados de los bancos centrales, en los países desarrollados antes de la contracción; mucho más grave será el estrés para la economía mundial. Además, es un hecho que pese a una desaceleración del alza, esta cifra total sigue batiendo récords mes tras mes.

Es válido señalar, afirman los analistas, que desde el 2008 no han existido momentos en que los balances agregados hayan disminuido.

De esa forma, se espera que en un plazo aproximado de 12 meses la economía global afronte un período de contracción conjunta de las hojas de balance de los bancos centrales, lo cual ocurrirá en el tercer trimestre del 2018. Asimismo, lo que se considera el momento de mayor peligro, llegará cuando coincidan por un lado el crecimiento de cotizaciones, con la modulación trimestral de los ingresos de compañías, por otro.

Comprar la volatilidad y sacar dinero de los activos de alto riesgo— incluidos los mercados considerados en vías de desarrollo— en lo que se refiere a los valores de rendimiento fijo, será en los próximos meses el comportamiento de los mercados, en espera de esta “temida” tendencia.

Las implicaciones son aun mayores, pues la coincidencia anterior implica además que tanto los bancos como los grandes jugadores bursátiles privados, pueden en un abrir y cerrar de ojos plantear deshacerse de sus activos realizables, simultáneamente.

Si ello pasara, el mercado de liquidez podría desplomarse en apenas unas horas; y los recuerdos de las consecuencias de lo ocurrido, cuando la caída de Lehman Brothers, sería solo un juego de niños, en comparación con lo que podría suceder si llega el “peligroso” momento. Pero el 2018, inexorablemente vendrá. Esperemos no sea la “catástrofe”, para los banqueros; y el resto del mundo que controlan.