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jueves, 21 de septiembre de 2017

Soy viral, luego existo

Por YCC

Todos hemos recibido alguna vez un e-mail gracioso con algún texto o foto que nos hace soltar una carcajada. Luego, ese e-mail nos indica reenviarlo a nuestros amigos y amigas para que también se rían. Así aparecieron cadenas tan famosas y recordadas como las películas subtituladas con tú nombre, o los power points con fotos chistosas y textos positivos. Y de allí también dieron un salto expandiéndose a cuanta red social o alternativa comunicacional surgiera. Nació así la “viralidad”, fenómeno cuyas artes muchos desearíamos controlar.

El efecto de compartir impulsivamente a través de la red es lo que se conoce como “viralidad”. Este comportamiento se ha visto potenciado con la existencia de canales de vídeo en Youtube y también por las redes sociales, ya que en gran medida se facilita la acción de compartir con sus botones y múltiples comandos (Me Gusta, Compartir, Retweet, Favorito, Recomendar, Repinear, etc). En definitiva, la “viralidad” es como se conoce el hecho de que un determinado contenido se difunda de manera exponencial, espontánea y en un corto periodo de tiempo a través de Internet.

Sobre todo a nivel de redes sociales todo usuario ha buscado en la “viralidad” de sus contenidos, una vía para ganar seguidores e influencia y aumentar la difusión de su mensaje, ganando lealtad y compromiso de los receptores de sus ideas. Para las empresas se convierte en una alternativa promocional y de publicidad sumamente económica, para los medios de prensa son un campo de batalla mediático, para los políticos es ya una herramienta que gana elecciones, y para la farándula resulta el espejo donde reflejan su ego.

Lamentablemente no existe una fórmula que asegure que un contenido va a llegar a ser viral, ni siquiera una gran inversión puede asegurarlo. Sin embargo, sí podemos aplicar algunas técnicas para tratar que nuestro contenido se “viralice” y llegue a una audiencia enorme. Vamos a ver algunos:

Humor: no debemos olvidar que por lo general las personas usan las redes sociales en sus ratos de ocio para divertirse y desconectar. Crear un contenido que arranque una sonrisa a quien lo vea es una fantástica forma de facilitar su “viralización”, ya que siempre el usuario estará predispuesto a enviar a sus amigos algo gracioso para que se rían.

Home Brew: producciones caseras. La audiencia está cansada de superproducciones, y prefiere ver cómo personas normales, iguales que ellos, pueden hacer vídeos y fotografías de calidad y atractivas, más apegadas a la vida cotidiana y a lo que nos puede suceder a cualquiera. Esta es la premisa fundamental de Youtube e Instagram, cualquier usuario es capaz de dirigir su publicación al margen del dominio o los criterios especializados en vídeos o fotografía.

Originalidad: tal vez este sea el aspecto más difícil. Todos somos creativos, y todos podemos producir un contenido atractivo. El problema está precisamente en eso: todos estamos en Internet creando contenidos, por tanto es probable que alguien ya haya tenido la misma idea que nosotros. No importa. Seamos originales, o al menos, intentémoslo. Incluso el concepto de plagio ha fluctuado desde lo condenable, hacia lo asimilable. ¿Acaso el “retweet” no es en sí mismo un plagio, con cierta licencia?

Que lo entienda todo el mundo: tiene que ser entendible por una persona de Nueva York, por una en Moscú y por otra en Nepal, tanto para jóvenes como para mayores. Si no es así, es muy difícil que el contenido se difunda más allá de sus fronteras o círculo de conocidos. Claro, hay fronteras culturales más complejas de superar, pero son más abundantes los códigos que funcionan con armonía en cada latitud, que aquellos que los fracturan.

Corto y preciso: Pues eso, que no sea largo. Si es un vídeo será mejor que dure unos pocos minutos, y sea preciso. Recuerda que las personas buscan entretenerse de forma barata, no caer en ejercicios de intelectualidad. Por tanto, para que no abandonen la publicación, mejor ir directo al asunto, sin rodeos.

Fácil de compartir: Esto está superado en las redes sociales. Recuerda que mientras más divulguen tu contenido, más opciones tienes de generar receptividad. Hacerte familiar para otros usuarios es el camino para que recurran a tus publicaciones.

Presencia en las redes sociales: Seamos claros, las redes sociales son la clave de la “viralidad”. No hay “viralidad” sin redes sociales, y mientras más redes logres poner en función de tus dinámicas, mayor será el alcance de tu mensaje.

Compromiso social: Un elemento que la favorece es el “atacar” (bien entendido el término) la conciencia de las personas. Somos buena gente y nos gusta colaborar y ayudar a quién lo necesita. Este factor le ha abierto las puertas a las redes de imágenes de perritos, gatitos, de personas con enfermedades terminales, afectaciones por desastres meteorológicas o víctimas del terrorismo.

Pues no esperes más, y ¡lánzate a la “viralidad”!