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martes, 26 de septiembre de 2017

Turbulencias en las relaciones Estados Unidos - Cuba

Por liss

Mucho revuelo causó en el mundo la noticias de los diplomáticos estadounidenses radicados en Cuba que se quedaron con deficiencia auditiva; muchas fueron las especulaciones y las versiones de la historia que aun no concluye, y que al parecer va atener que decir por un buen tiempo. Es que el gobierno de los Estados Unidos estudia la posibilidad de cerrar su embajada en la capital cubana dado el presunto ataque acústico del pasado 2016. La decisión, aun en modo evaluativa por la administración del actual presidente Donald Trump, es la respuesta a los problemas de salud causados por una veintena de norteamericanos entre los que se encontraban en la Mayor de las Antillas por cuestiones profesionales, la mayoría diplomáticos. 

El asunto, que aun no tiene respuestas explicativas, es catalogado de muy serio dadas las severas lesiones anteriormente mencionadas. El tal sentido, el secretario de Estado, Rex Tillerson, destacó que el Departamento de Estado ha devuelto a Estados Unidos a algunos de los afectados. De igual forma, aseguró, en el pasado mes de agosto, que 16 estadounidenses de "la comunidad de la embajada" en Cuba habían sufrido síntomas por un presunto y misterioso "ataque acústico".

Desde el inicio de esta novela de misterio y hasta la fecha, el Departamento de Estado ha ampliado la cifra a 21 "empleados gubernamentales" estadounidenses. Sus informes médicos diagnostican una lesión cerebral traumática leve y pérdida de audición, según informo la Asociación del Servicio Diplomático Estadounidense. Se presume que algunos de los ataques fueron dados por "una sofisticada arma sónica", la cual se activó dentro o fuera de las residencias de los diplomáticos y les provocó "sensaciones físicas inmediatas que incluían síntomas como náuseas, dolor de cabeza y pérdida de audición", mientras que en otros casos se escuchó "un ruido" alto y ensordecedor.

Muchas son las hipótesis que se plantean los investigadores estadounidenses sobre lo que podría estar detrás de las misteriosas afectaciones sufridas por estos diplomáticos en Cuba. Algunas versiones hablan de un ataque sónico, armas electromagnéticas o un dispositivo de espionaje defectuoso. Cada explicación parece encajar en partes de lo que ha sucedido, pero entra en conflicto con otras, hasta la fecha no se tiene noción real de lo que pudo haber sucedido.

También hay confusión sobre los o el culpable. Las sospechas se han centrado en la Mayor de las Antillas; sin embargo los investigadores también están examinando la posibilidad de que se trate de una facción rebelde de los servicios de seguridad cubanos, un tercer gobierno (como Rusia) o alguna combinación de ambos. Lo cierto es que este misterio de telenovelas ha puesto nuevamente en peligro las delicadas relaciones entre EE UU y Cuba y han llevado a la Casa Blanca a sopesar incluso la posibilidad de cerrar la embajada, reabierta en el verano de 2015 tras más de medio siglo de antagonismo diplomático.

Por su parte, Cuba asevera que no haber tenido nada que ver con los supuestos ataques y la inteligencia cubana está colaborando con el FBI en la investigación. El presidente Raúl Castro en persona se ha reunido con el jefe de la diplomacia estadounidense en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, para darle su palabra de que los suyos son inocentes. Por su parte, analistas coinciden en que es inverosímil pensar que los altos mandos cubanos hayan decidido atacar a la diplomacia norteamericana cuando desde 2014 están inmersos en un complejo proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales.