Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

domingo, 24 de septiembre de 2017

Una batería un tanto sangrienta

Por Yamy

Investigadores de la Universidad Fudan de China trabajan en el desarrollo de un generador de energía con la intención de aprovechar el flujo del torrente sanguíneo, nada más y nada menos que para recargar dispositivos móviles. Parece ficción, pero en muchas oportunidades los grandes descubrimiento han sido producto de una imaginación muy fértil, por tanto, aunque esta tesis aún está en su fase primaria y se ubica en un plano muy utópico, quién sabe si más adelante podremos tener cargadores totalmente naturales, inagotables y portátiles. No sería el primer experimento con sangre en ese sentido, recientemente el moscovita Dmitry Morozov estuvo un año y medio recolectando su propio fluido para dar electricidad a una instalación de sonido. Asimismo muchos han intentado recargar sus teléfonos con técnicas diversas como, por ejemplo, conectándolos a manzanas.

A todos nos sucede que las baterías de los celulares no duran demasiado tiempo, sobre todo porque nos pasamos el día entero usando el aparato, y como consecuencia la carga se agota mucho antes de lo esperado. Esa situación no resulta caótica siempre y cuando podamos resolverla de inmediato. El drama comienza en el momento en que nos percatamos de que no hay un enchufe cercano o que no tenemos una batería externa para poder seguir usándolo y, por tanto, se apaga.

Precisamente para solventar los acontecimientos afines y que no nos quite el sueño pensarnos / sentirnos desconectados, es que estudiosos de todo el mundo buscan incansablemente cómo hacer baterías más duraderas, aparatos con niveles bajos de consumo, o en su defecto, recursos alternativos. Es así que investigadores de la Universidad Fudan de China han logrado desarrollar un sistema que utiliza el propio cuerpo humano para recargar baterías. Parece insólito, pero con ese nuevo invento pudiera aprovecharse la energía hidroeléctrica o electricidad creada por el torrente sanguíneo gracias a nanofibras de carbono, un hito que podría conducir a la fabricación de dispositivos médicos que durasen para siempre, en lugar de los actuales marcapasos, por ejemplo.

De acuerdo con la sugerencia del nuevo trabajo publicado por los investigadores asiáticos en la revista “Angewandte Chemie”, el generador de energía tendría poco peso y sería capaz de transformar el poder del torrente sanguíneo humano en energía gracias a nanotubos de carbono electroactivos, que han sido bautizados como “nanogeneradores fluídicos en forma de fibra” o FFNG. Estos pequeños dispositivos serían sumergidos en una solución que imitaría al torrente sanguíneo.

Los especialistas indican que el sistema está inspirado en la creación de energía hidroeléctrica a través de turbinas en los embalses. En este caso, el agua sería la sangre. Según los investigadores, el novedoso método puede ser capaz de aprovechar el 20% de la energía generada en las pruebas de soluciones salinas, un resultado mucho más eficiente que los intentos anteriores.

Entre las aplicaciones que tienen en mente estarían el mantenimiento de los mencionados marcapasos, que funcionan con baterías de larga duración en la actualidad, pero que requieren un recambio en un máximo de 15 o 20 años si son nuevos, o incluso en menor tiempo si ya cuentan con años de explotación. Si se llega a concretar este método aún en su fase primaria, no sería necesaria la recarga de batería convencional, sería totalmente innecesario.

Además, los investigadores destacan otras ventajas del método, tales como la elasticidad, el ajuste, el peso y o la unidimensionalidad, una característica que permitiría su aplicación en otros materiales como las telas. Sin embargo, entre los inconvenientes se encuentra uno muy importante, y es el hecho de que los generadores flotan en el torrente sanguíneo y podrían aumentar el riesgo de formar coágulos. Por el momento, el invento sólo se ha probado a pequeña escala, por lo que harán falta muchas más pruebas y regulaciones para llegar a su uso en los seres humanos.