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domingo, 29 de octubre de 2017

1988: la última Serie Mundial de los Dodgers

Por Aliet Arzola

Para 1988, no había un equipo más temible en MLB que los Atléticos de Oakland. Comandados por Tony La Russa, eventual miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, los chicos de la bahía reunían un elenco temible que ganó 104 partidos en la larga contienda de 162 encuentros. Los Bash Brothers, un temido dúo que conformaban José Canseco y Mark McGwire, literalmente acabó en la campaña, con más de 70 jonrones y 200 impulsadas de manera combinada. Canseco, incluso, fue nombrado MVP de la campaña con sus 42 vuelacercas, 122 impulsadas y promedio ofensivo de 307, además de convertirse en el primer pelotero de la historia con más de 40 cuadrangulares y 40 bases robadas en una misma campaña. Pese a todos esos números, ellos no celebrarían al final de la temporada.

Con un rendimiento mucho más discreto, los Dodgers de Los Ángeles avanzaron por la Liga Nacional con 94 triunfos en la División Oeste, y en la Serie de Campeonato desbancaron 4-3 a los Mets de Nueva York, literalmente, con la soga al cuello. Sin muchos lujos en bateo, amparados solo en la producción de Kirk Gibson, único integrante de la escuadra incluido en el Juego de las Estrellas, la novena angelina caminó, más que nada por la profundidad y efectividad del pitcheo. Con un Orel Hershiser inmenso, al punto de merecer el trofeo Cy Young al final de la temporada, los Dodgers avanzaron en un año complejo, pues habían perdido en la primavera a Bob Welch, justamente fichado por Oakland, y no contaron a tiempo completo con el mexicano Fernando Valenzuela, lesionado. Hershiser ganó 23 partidos, completó 15 y contó con el respaldo de Tim Leary y Tim Belcher, escuderos que de conjunto lograron 29 sonrisas. Pero al entrar en la Serie Mundial, no se pensaba que los azules podrían desbancar a los Atléticos, que venían como una maquinaria arrasando todo a su paso. Sin embargo, el milagro ocurrió.

Juego 1: El primer motivo para pensar que los Dodgers no podrían con Oakland en la Serie Mundial se basaba en que Orel Hershiser había lanzado el séptimo partido de la Serie de Campeonato contra los Mets, por lo que no podría abrir el duelo inaugural de la batalla por el título. En su lugar, el novato Tim Belcher ocupó la lomita y enfrentó complicaciones desde temprano, pero salió a flote y se vio con ventaja justo al terminar el primer capítulo. Los Dodgers atacaron a Dave Stewart y le fabricaron dos, aunque la ventaja no duró demasiado. En el inicio del segundo episodio, Oakland aprovechó el descontrol de Belcher y llenaron las bases con Canseco al bate. El fornido jugador cubano pegó un grand slam que limpió las almohadillas y puso a ganar a los Atléticos 4-2. Aunque cueste creerlo, ese fue el único jit de Canseco, el MVP de la temporada, durante la Serie Mundial. El partido corrió con diferencia de dos para Oakland hasta el sexto, cuando el receptor Mike Scioscia pegó sencillo que acercó a los Dodgers 4-3. Sin embargo, el triunfo parecía cuestión de tiempo para los Atléticos, que en las postrimerías no dudaron en mandar a la lomita a Dennis Eckersley, entre los mejores relevistas de MLB en aquel momento, con 45 rescates en la temporada de 1988. El derecho retiró dos bateadores en el noveno y se situó a un out del éxito, pero transfirió a Mike Davis con un trabajo muy cuidadoso, y entonces quedó servida la mesa para que Lassorda mandara al cajón de bateo al lesionado Kirk Gibson. El zurdo se batió hasta pegarle un jonrón histórico en Los Ángeles, recordado porque definió el duelo y puso a los Dodgers en la senda triunfal. Ese fue el único turno al bate de Gibson en la Serie Mundial, pues la lesión le impidió ayudar más al equipo. (Resultado final: ganan los Dodgers 5-4)

Juego 2: Con Hershiser en escena y jugando en casa, los Dodgers ampliaron la diferencia 2-0 en el cómputo global, pues el as lanzó un partido de nueve ceros. Solo tres inatrapables concedió Hershiser, casualmente todos de la autoría de Dave Parker. Madero en ristre, el tirador también sobresalió con tres imparables, incluido un doble remolcador en el cuarto episodio, cuando ya el juego marchaba 5-0. (Resultado final: ganan los Dodgers 6-0)

Juego 3: En el Coliseum de Oakland, los Atléticos necesitaban dar muestras de vida para no caer en el abismo, y con esa obligación de ganar dieron un excelente tercer duelo. Bob Welch, ex-Dodger, fue el encargado de abrir por la banda de La Russa, y registró una gran actuación, aunque necesitó ayuda del bullpen para sostener la igualdad a una carrera que se vivió desde la mitad del encuentro. El relevista Rick Honeycutt fue el encargado de contener a Los Ángeles en las postrimerías, mientras Mark McGwire se encargaría de cerrar el encuentro. Su jonrón contra Jay Howell decidió las acciones en el noveno, en lo que sería, como Canseco, su único jit de la Serie Mundial. (Resultado final: gana Oakland 2-1)

Juego 4: A la ausencia de Kirk Gibson por lesión se sumó la de Mike Marshall, otro de los bates fuertes de los Dodgers, que arrancaron el cuarto partido de la Serie Mundial sin dinamita en el lineup. Para tener una idea de su debilidad, el orden ofensivo de Los Ángeles en ese encuentro acumuló 36 jonrones en toda la temporada, mientras Canseco, por sí solo, consiguió 42. Sin embargo, los chicos de Lassorda tomaron la delantera en el primer episodio con dos carreras y un solitario jit, aprovechando al máximo las oportunidades que daba el rival. Más tarde, los angelinos rayaron de nuevo la tarjeta por un error del torpedero de Oakland Walt Weiss. La cuarta carrera de los azules llegó en el séptimo, gracias a una jugada de corrido y bateo que impidió un doble play de los Atléticos y abrió las puertas del plato a Alfredo Griffin. Oakland estuvo cerca de la remontada en el séptimo, cuando fabricaron una y llenaron las bases, pero McGwire falló en inofensivo elevado que ya enterró cualquier esperanza. (Resultado final: ganan los Dodgers 4-3)

Juego 5: Con Orel Hershiser en la lomita los Dodgers tenían muchas opciones de ganar la Serie Mundial, y no postergaron la celebración. Colgados del brazo de su estrella, Los Ángeles dio la estocada mortal a Oakland, golpeado fuertemente por Mickey Hatcher, Mike Davis y Rick Dempsey, quienes remolcaron cinco carreras. Hatcher estaba jugando por la lesión de Gibson y produjo de forma inesperada en la Serie Mundial, mientras Davis hizo olvidar momentáneamente lo frustrante que fue su rendimiento tras firmar en la agencia libre. Por último, Dempsey, estaba en el campo por una lesión del receptor titular Mike Scioscia. Este triunfo dio un broche dorado al año de la ciudad de Los Ángeles, que meses antes ya había vibrado con el quinto título de los Lakers en la NBA. (Resultado final: ganan los Dodgers 5-2).