Adiós a las verduras, la fruta es la nueva moda
Si pensabas que no existía dieta más estricta que el crudiveganismo o quizás su oponente, la dieta paleo, rica en proteína animal, el frugivorismo o frutarianismo ha logrado quiatarle su podio a los más radicales y extremistas de la alimentación de hoy en día. Este novedoso estilo, se trata de una alimentación cien por cien vegetariana, cuyo protagonista básico es la fruta en su sentido más amplio. Pero aunque algunos consideran únicamente permitidos los frutos carnosos, como manzanas, naranjas, mangos o peras, otros de sus fans incluyen también en este prototipo de dieta a los frutos secos como las almendras o las nueces.
Cada día la humanidad da muestras de los más impactantes y curiosos hechos, la inventiva actual ha llegado lejos en su intento de hacer cada vez más cambiante el estilo de vida de las personas y esas experiencias habituales de la vida, cada vez más bellas y novedosas. Múltiples son los estilos que han surgido en estos días para esas ocasiones especiales que se dan en la vida. Algunas de estas cuestiones van incluso a la manera de alimentarse, cada vez más excéntrica, mediante la creación de nuevas dietas que cambian constantemente el estilo de vida de las personas.
Realmente, los partidarios del frutarianismo, una dieta seguida por el propio Steve Jobs, aseguran que contiene las cantidades suficientes para que el organismo tenga suficientes vitaminas, grasas y sales minerales, proporcionadas por aceitunas, plátanos, almendras, cocos, nueces, y otras frutas, así como de carbohidratos y la proteína albúmina, que aportan las nueces o las almendras.
Los adeptos a esta dieta sustentan sus principios, entre otras razones, en que las frutas son los alimentos que contienen el germen de la vida y son, indudablemente, saludables. Además, como se consumen crudas, como la mayoría de los alimentos, se aprovechan al 100 por ciento todos sus nutrientes. Otras razones son de carácter genético, y los defensores de la dieta alegan que nuestros antecesores prehistóricos eran recolectores y grandes consumidores de fruta. Indican que si realmente descendemos del mono, nuestro patrón alimentario debería basarse en el consumo único de frutas, pues era la alimentación de estos primates
Los más sensibles hacia la naturaleza, incluso podrían admitir que, al consumir frutas, no se destruye a la planta al contrario de lo que sucede con el veganismo. De hecho, esta es la única dieta que no implica ninguna destrucción de un ser vivo, algo que muchos de sus partidiarios enarbolan.
Sin embargo, los detractores de esta novedosa dieta, el frutarianismo, fundamentan sus críticas básicamente en la escasa aportación de proteína, pues en el caso de no consumir ni siquiera frutos secos, la proteína sería inexistente, y además, en el déficit de vitaminas, muy especialmente de vitamina B12, que se encuentra en proporciones muy escasas en dietas vegetarianas, y no habría ningún aporte en la dieta frugívora.
Esta vitamina es de gran importancia para el organismo humano, y el agotamiento de sus reservas podría ocasionar problemas graves e irreversibles en el sistema nervioso central e incluso frenar la producción de glóbulos rojos en la sangre. Además, una dieta tan alta en fructosa dispara los niveles de glucosa en la sangre, lo cual conllevaría a problemas de diabetes y formación de grasas.
Algunos estudios científicos como el dirigido por el investigador Anthony Healy, de la Universidad de California, indican que una dieta frugívora podría ser la responsable de trastornos metabólicos graves, incluso el detonante del desarrollo de enfermedades cancerígenas, como en el caso de Jobs, que falleció a causa de un cáncer de páncreas. No obstante, el grado de riesgo en los resultados de estos estudios queda todavía por determinar científicamente.
