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viernes, 6 de octubre de 2017

África lincha a los vampiros

Por Elizabeth Almeida

En la década de 1970, el gobierno del exdictador Kamuzu Banda fue acusado de matar a varios habitantes de un barrio popular de Blantire con el objetivo de vender su sangre a su vecina Sudáfrica, que entonces se encontraba bajo el régimen del apartheid. En el 2003, la policía detuvo brevemente a un periodista que difundió en una radio local una entrevista con un hombre que aseguraba que su pueblo fue atacado por los vampiros. En Europa también era muy común tomar medidas drásticas con aquellos que eran catalogados como vampiros. En marzo del 2009, el antropólogo forense Matteo Borrini, de la Universidad italiana de Florencia, desenterró los restos de un vampiro en una fosa común del Lazzaretto Nuovo, una minúscula isla ubicada en la laguna de Venecia donde se aislaban a los enfermos de peste.

Cosas increíbles pasan día a día en todos los rincones del planeta. Ya hemos perdido la línea de lo que es ficción o lo que puede ser una impactante realidad. No hay espacio para la imaginación pues la vida real es mucho más impactante que cualquier historia. Los vampiros, son un mito que nunca ha desaparecido del ideario popular y es replicado en innumerables culturas, pero lo cierto es que no son un cuento del pasado, sino que en la actualidad los reyes de la noche existen y son implacables.

Al menos seis personas acusadas de consumir sangre humana durante ceremonias de magia negra han muerto durante el último mes en Malaui, linchadas por una enardecida muchedumbre, según develó la policía del pequeño país africano. Estos "vampiros" fueron golpeados hasta la muerte por cientos de personas en tres incidentes distintos ocurridos en el distrito de Mulanje, en el sur del país, según aclaró un portavoz de la policía de Malaui, James Kadadzera.

En el último incidente, ocurrido el pasado domingo, dos personas fueron linchadas bajo la sospecha de que bebían sangre. En otro momento, un jefe local fue asesinado por ser un presunto cómplice de los bebedores de sangre aunque no existe ninguna prueba de la verdadera existencia de estos sujetos y nadie se ha quejado formalmente a la policía según dijo Kadadzera, quien acusa a la población local de haber querido tomar la justicia en sus propias manos.

La policía tuvo que movilizar a casi un centenar de sus hombres para devolver la calma a la región luego de los disturbios de los linchamientos. La existencia de estos vampiros es objeto de rumores e incidentes recurrentes en Malaui, un pequeño país del este del continente africano, donde las creencias populares están sumamente arraigadas en la población.

En Europa también era muy común tomar medidas drásticas con aquellos que eran catalogados como vampiros. En marzo del 2009, el antropólogo forense Matteo Borrini, de la Universidad italiana de Florencia, desenterró los restos de un vampiro en una fosa común del Lazzaretto Nuovo, una minúscula isla ubicada en la laguna de Venecia donde se aislaban a los enfermos de peste. Se trataba del esqueleto de una mujer con un ladrillo en la boca, supuestamente para que no mordiese a nadie después de muerta.

La escasez de sepulturas para el enorme número de víctimas por la epidemia de peste negra que azotó Europa en el siglo XIV obligaba a reabrir las fosas para arrojar nuevos cadáveres, y lo que encontraban dentro creaba miedos inexplicables: algunos cuerpos aparecían en extrañas posturas y mostraban expresiones feroces; otros parecían haberse comido el sudario y de sus bocas escurría un líquido oscuro y viscoso como la sangre.

Todos estos son fenómenos post mortem para los que los forenses modernos tienen convincentes explicaciones; pero en Edad Media, aquellos muertos no eran sino criaturas inmundas que estaban deseosas de sangre y además transmitían enfermedades. En la época en cuestión se creía que la forma de evitar eso era desenterrar sus cuerpos, descuartizarlos y luego quemarlos, como recoge la leyenda que ocurrió en Wharram Percy, un pueblo medieval abandonado ubicado en el norte de Inglaterra, donde un equipo de arqueólogos ha encontrado los restos de unas 10 personas que habían sido desmembrados y quemados antes de enterrarlos.