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lunes, 23 de octubre de 2017

Angola, la envidia económica de su antigua colonizadora

Por Jacky

Luego de cuatro siglos de yugo colonial por parte de Portugal, Angola obtuvo su independencia en 1975. Actualmente, la relación entre esas dos naciones es inusual, pues una bonanza petrolera en la nación africana, y una gran crisis económica en la nación europea, hicieron que se invirtieran los papeles de una manera sorprendente. Entre ambas naciones se estableció una nueva relación, el dinero de Angola sirvió para muchos de los grandes proyectos de inversión en el país de la Península Ibérica.Por su parte, Portugal fue el sitio para lavar inmensas sumas de dinero producto de la corrupción en Angola. Ahora la situación está volviendo a cambiar, pues Portugal se está recuperando de la crisis económica del 2008, mientras Angola está empezando a acostumbrarse a una nueva era de austeridad por la caída en los precios internacionales del petróleo. Esto plantea entonces la pregunta de si existe la posibilidad de un orden neocolonial, característico de otras naciones de África.

Luego de cuatro siglos de yugo colonial por parte de Portugal, Angola obtuvo su independencia en 1975. Actualmente, la relación entre esas dos naciones es inusual, pues a diferencia de lo que ocurrió en otros lugares de África, Angola no quedó unida en dependencia económica a su antiguo colonizador. A comienzos de siglo, una bonanza petrolera en la nación africana, y una gran crisis económica en la nación europea, hicieron que se invirtieran los papeles de una manera sorprendente.

En la década anterior, Angola se convirtió en una potencia inversora para los portugueses. De hecho, en esa etapa se decía que en los condominios del balneario de Cascais, y en algunas de las más elegantes zonas de la capital, Lisboa, los únicos que gastaban dinero eran los miembros de la élite angoleña que ahí vivía.

Entre ambas naciones se estableció una nueva relación, el dinero de Angola sirvió para muchos de los grandes proyectos de inversión en el país de la Península Ibérica.Por su parte, Portugal fue el sitio para lavar inmensassumas de dinero producto de la corrupción en Angola.

Ahora la situación está volviendo a cambiar, pues Portugal se está recuperando de la crisis económica del 2008, mientras Angola está empezando a acostumbrarse a una nueva era de austeridad por la caída en los precios internacionales del petróleo. Esto plantea entonces la pregunta de si existe la posibilidad de un orden neocolonial, característico de otras naciones de África.

Según la experta investigadora sobre la economía de Angola en la Universidad de Oxford, Paula Beatriz Roque, ambas naciones están envueltas en un ciclo de mutua dependencia. Asegura que, a pesar de la caída en los precios del petróleo, las élites de Angola han adquirido activos como empresas y propiedad raíz, lo que les aseguran una presencia económica importante en la nación europea, catalogando a Portugal como su plan B.Además, aunque la economía portuguesaestá mejorando, aún es considerablemente dependiente de ingresos y fondos provenientes de Angola.

Esto se ve reflejado en la política y en la diplomacia. Por ejemplo, el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa, felicitó al nuevo mandatario angoleño Joao Lourenço por su victorial electoralel pasado agosto, a pesar de las quejas de la oposición frente a los resultados y de evidencia de fraude.

Sin embrago, esas cortesías diplomáticas no se han visto enteramente reciprocadas. Como recuerda Roque, en el discurso de posesión deLourenço, el mandatario anunció que varios países, entre los que se incluían Rusia, China, Estados Unidos y España eran socios estratégicos de su país, pero excluyó a Portugal de la lista.

Como señala la especialista, una dinámica que puede explicar esa actitud es que miembros del gobernante partido angoleñoMovimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), enfrentan cargos o están bajo investigación judicial por corrupción, lavado de dinero y otros crímenes financieros.

En ese sentido, entidades como el gobierno de Estados Unidos y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), han llamado la atención sobre la corrupción extendida en Angola y el papel que entidades y personas de Portugal pueden haber tenido para cooperar con esa corrupción.

Como señalaba la parlamentaria portuguesa Ana Gomes al diario estadounidense The New York Times, en Angola le dicen a Portugal la lavandería.

Frente a esa situación, las autoridades portuguesas han comenzado a tomar medidas másestrictas, por ejemplo, acusaronal ex vicepresidente angoleño Manuel Vicente,en febrero pasado, de pagar sobornos a un juez portugués.

En cuanto a lo que pudiera pasar ahora que Portugal no necesita tanto del dinero angoleño y ha estado aumentando la justicia sobre las sospechas de lavado de dinero angoleño, Roque indica que las relaciones seguirán siendo importantes pero se verán expuestas a más tensión por los cambios de estrategia en ambos lados. De cualquier manera, no es muy probable que el escenario neocolonial vuelva para Angola, pues el dinero de ese país ha servido para poner de revés las formas de poder que gobernaron por sigloslas relaciones entre esas dos naciones.