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sábado, 28 de octubre de 2017

Aumenta el uso de la marihuana medicinal en América

Por erne91javier

Actualmente, la mayoría de los países no han legalizado ni despenalizado el consumo, la tenencia, el tráfico ni la producción de cannabis. Pero en los últimos años se ha generando una tendencia en todo el mundo respecto de la autorización del uso de esta planta con fines medicinales. Luego de dar cuenta en qué fase está la investigación científica acerca del uso medicinal de cannabis, esta nota profundiza en aquellos países de las Américas en los que se ha aprobado su consumo con fines médicos y científicos. Recientemente el parlamento peruano aprobó el uso medicinal del cannabis (marihuana) y sus derivados, tras un intenso debate que terminó con una contundente votación a favor del proyecto impulsado por familias de pacientes que usan aceite de cannabis.

Las pocas voces que cuestionaban el supuesto peligro de adicciones fueron derrotadas por las que esgrimían las experiencias de enfermos de males neurológicos, cáncer y otros que se han aliviado con el aceite. La aprobación estaba garantizada por la luz verde previa que le dieron las comisiones de Salud y Defensa y orden público. Paradójicamente, un congresista médico, Bienvenido Ramírez, se opuso con alegatos conservadores. Ramírez ganó notoriedad meses atrás al sostener que leer mucho puede causar Alzheimer y su posición fue compartida por grupos religiosos conservadores y por Cedro, una organización no gubernamental antidrogas financiada por Estados Unidos. Otros legisladores pidieron que sean también autorizados a cultivar marihuana los grupos de familiares de pacientes usuarios del aceite que producen y para ello tienen pequeños sembríos ilegales. Esas asociaciones manifestaron su insatisfacción porque, siendo las que impulsaron la legalización, no fueron atendidas en su principal demanda, es decir que se les permita el cultivo controlado o que el Estado se haga cargo. La norma autoriza el uso medicinal, previo registro de pacientes que incluya la prescripción del médico tratante y la dosis indicada, y permite la comercialización y producción solo por laboratorios farmacéuticos que sean autorizados específicamente. 'Para nosotros el problema subsiste y es económico, porque seguimos obligados a comprar el aceite a laboratorios extranjeros, pagando hasta 600 euros por mes, lo que no está a nuestro alcance', dijo el padre de un niño con un mal convulsivo, que mejoró gracias al aceite de cannabis. La aprobación fue un gran paso, pero insuficiente, según Francesca Vibrio, una presentadora de televisión que alivia con el aceite de cannabis los efectos de una rara enfermedad denominada mastocitosis sistémica que ocasiona fatiga crónica y dolor constante. 'No es lo que los pacientes queríamos exactamente, pero es un gran paso', añadió Vibrio, a quien el mal tenía postrada y la obligaba a tomar numerosos fármacos que le causaban daños colaterales y mejoró notablemente con el aceite de marihuana.

La planta de cannabis no ha sido suficientemente estudiada por la comunidad científica ya que, al ser su acceso ilegal en la gran mayoría de los países del mundo, tanto su disponibilidad como la obtención de financiamiento público para su investigación han sido particularmente limitadas. También en los casos que ha existido financiamiento público para su investigación este ha tendido a financiar estudios acerca de los posibles efectos negativos del consumo y no de sus potenciales beneficios médicos.Lo anterior ha conllevado a que exista una escasa evidencia acerca de los efectos del consumo de cannabis sobre la salud de las personas. Si bien se tiene evidencia de algunos efectos a corto plazo, las consecuencias del consumo a largo plazo son imposibles de prever con la evidencia disponible. En parte, esto se debe a que la potencia del cannabis que se consume actualmente no es comparable con el cannabis utilizado en décadas anteriores. Esto, ya que la concentración de uno de sus más de 85 cannabinoides (el tetrahidrocannabinol, THC) ha aumentado progresivamente con el paso de los años, por lo que estudios que se realizaron hace una década acerca de los efectos de largo plazo podrían no tener la validez suficiente por tratarse de marihuana menos potente.

El estudio de la marihuana con fines médicos no es algo nuevo. Desde hace décadas se han comprobado los efectos beneficiosos del uso de la planta y sus cannabinoides (como tetrahidrocannabinol y cannabidiol) en el tratamiento de distintas enfermedades. La marihuana ha demostrado ser útil, sobre todo en personas con padecimientos crónicos, ya que puede aliviar determinados síntomas contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Y aunque la mayoría de los investigadores reconoce que aún falta mucho por conocer sobre el uso del cannabis, existen varios usos terapéuticos respaldados por estudios científicos.