Berlusconi vuelve en una película de Sorrentino
El afamado director del cine italiano Paolo Sorrentino ha querido llevar la polémica figura de Silvio Berlusconi a la gran pantalla. El ganador del Oscar en 2014, quiere que muchos conozcan lo que se esconde detrás del hombre que fue tres veces Primer Ministro italiano. A Berlusconi, al real, no le agrada la idea.
Silvio Berlusconi, tres veces Primer Ministro de Italia y magnate de las telecomunicaciones y del mundillo del fútbol, siempre está en los titulares de la prensa mundial, entre sus excesos y declaraciones punzantes. Ahora vuelve con una amenaza al as del séptimo arte italiano, y ganador del Oscar en 2014, el director Paolo Sorrentino. Sucede que el director, está filmando sobre la vida de Berlusconi, y este en la vida real teme que esta sea una crítica resuelta contra su persona, y ya él tiene demasiada mala publicidad, como hacerse de una película, y con Sorrentino a cargo.
Berlusconi no sabe mucho de cine, pero lo único que espera es que no sea crítica ni con su política, ni con su persona, dijo en rueda de prensa, el líder de la derecha en Lombardía. Ya Berlusconi también está pidiendo demasiado, habrá que explicarle que eso es casi imposible. De la película no se tienen muchos detalles, pero Sorrentino suele tocar las llagas de la sociedad italiana, y no andará con medias tintas con el ex ministro, y menos con una historia tan rica para contar como la de Berlusconi. Por ahora se conoce que se llamará “Ellos”, y que se estuvo filmando cerca de los foros romanos, y en las inmediaciones de la mansión a la que el ex ministro solía llenar de prostitutas.
Ya se sabe que si algo sabía hacer Berlusconi, era hacer buenas fiestas. Sorrentino había adelantado, que había estudiado a profundidad de Berlusconi, y que el mundo tenía una idea equivocada de él. Sorrentino quería describirlo en toda su magnitud, y seguro lo consiga, y seguro que a Berlusconi no le gustará mirar sus defectos en un espejo. Sorrentino también adelantaba, que la película no iba solo del ex ministro, si no de sus más allegados, y de quienes lo utilizaron para ascender, y él nunca supo que había sido usado como trampolín. Por supuesto, tampoco le importarán al cineasta, las advertencias de Berlusconi, lanzadas a los medios de prensa, sobre las impresiones extrañas que le han llegado acerca de la película.
Hay dos cosas claras aquí, Sorrentino no va a parar de filmar, y Berlusconi no entrará a ningún cine de momento. Uno, porque es de los más aclamados directores del mundillo del cine, y el otro porque le deben sonar los oídos, y no está de ánimos para ver un filme sobre él mismo. Ya se quiere demasiado el magnate italiano, lo que pudo considerarse como la copia italiana de Trump.
