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domingo, 8 de octubre de 2017

Cuba y EEUU, camino a la era de hielo

Por LisyFa

Estados Unidos decidió retirar al 60% de su personal diplomático en La Habana, paralizó la emisión de visas y recomendará a sus ciudadanos no viajar a Cuba ante la posibilidad de sufrir misteriosos ataques reportado por una veintena de funcionarios de ese país; en tanto la Isla calificó de apresurada la determinación del Departamento de Estado y advirtió que frenaría los vínculos. Desde que el presidente Donald Trump asumió la presidencia norteamericana han sido tímidos los acercamientos entre La Habana y Washington que parecieran se encaminan a la era de hielo, tras el inédito entendimiento luego del 17 de diciembre de 2014, cuando los presidentes Obama y Castro remarcaron su intención de establecer relaciones diplomáticas.

Poco más de dos años de relaciones diplomáticas, una veintena de acuerdos en diversas materias, sobre todo en lo político y diplomático, aunque también en lo económico, han sido tirados por la borda por EE.UU con el pretexto de los supuestos ataques acústicos que el FBI ha dicho no tiene ni una sola prueba que implique a Cuba y mucho menos una explicación lógica de la diversa sintomatología de las víctimas: mareos, conmoción cerebral, pérdida de audición y de la memoria. Cuba reaccionó con pocas palabras: “es una decisión precipitada y va a afectar las relaciones”, en boca de Josefina Vidal Ferreiro, la figura de la Isla que encabezó el proceso de negociaciones con el vecino del norte. La medida de hoy llega apenas 72 horas después de que en Washington se reunieran el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, y el Secretario de Estado, Rex Tillerson, para discutir del caso y Cuba reiterara que no está implicada en las supuestas agresiones al personal diplomático en la capital. Un vecino de La Habana narró a este reportero la premura con que una familia de norteamericanos vinculados a esa legación en Cuba, apresuradamente abordaban su vehículo esta mañana, dejando atrás casi todas sus pertenencias para cumplir con la orden del gobierno de Donald Trump.

Para muchos el impasse diplomático tensa no solo la cuerda de las relaciones bilaterales, sino que afecta directamente a los cubanos que en un hecho inédito –ni siquiera en los momentos de más tensión entre los dos países– no podrán pedir visas para viajar a Estados Unidos ni de visita ni migrar bajo el amparo de los programas de reunificación familiar que cada año otorgan no menos de 20 mil visas, como fue corroborado en el último acuerdo entre Castro y Obama a fines de 2016. Con la advertencia de EE.UU a sus ciudadanos de que no viajen a Cuba por problemas se seguridad, se verá seriamente afectada la intención de la Isla de que más estadounidenses conozcan las ciudades de la mayor de las Antillas y que este año ronda en esta fecha los 300 mil, a pesar de que no pueden hacer turismo en la nación caribeña. Expertos, científicos, personal de seguridad de ambos países trabajan en busca de respuestas a los supuestos ataques acústicos que algunos creen sean sónicos, pero lo cierto es que desde ninguna de las dos orillas del estrecho de la Florida hay respuestas convincentes, ni culpables a la vista. Cuba reclama más colaboración e información a EE.UU y estos últimos exigen garantías para sus diplomáticos, al amparo de la Convención de Viena, en la que ya es una discordia de altos quilates y de retórica que avizoramos continuará creciendo. “Preocupación”, es la palabra que ahora mismo confiesan tener cubanos en la Isla y EE.UU ante la incertidumbre que se cierne sobre el tema y la congelación por tiempo indefinido del visado en La Habana. Entendidos del tema señalan que esto podría poner fuego a la llama de los inconformes en Cuba y que tienen aspiraciones de migrar a EE.UU. y podría abrir un nuevo capítulo a la migración ilegal hacia ese país. Por el momento se observa cautela a la espera de cómo continuarán los vínculos de dos países que tienen relaciones diplomáticas pero que tendrá solo representación simbólica de los norteamericanos en La Habana.