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miércoles, 25 de octubre de 2017

Da Vinci desconcierta a sus estudiosos

Por Lorena rey

La casa de subastas más famosa del mundo, Christie's, pondrá a la venta próximamente una de las menos conocidas obras de Leonardo da Vinci, la pintura Salvator Mundi, a un precio base de 100 millones de dólares. El lienzo es un retrato de Cristo bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo con la mano izquierda un orbe de cristal. Por mucho tiempo se creyó perdida y hace ya seis años salió a la luz pública cuando se autentificó su originalidad. Christie´s la describe como una de las 20 pinturas de Leonardo menos difundidas, y el único que integra una colección privada.

Todo muy bien hasta ahí, pero un detalle ha suscitado la intriga primero y luego la polémica entre especialistas, coleccionistas y medios en general. Y es que el orbe de cristal presente en la pintura carece de exactitud óptica. Cómo y porqué un genio de la ciencia y la ingeniería pasó por alto este detalle mantiene en ascuas a no pocos. La acotación fue hecha por Walter Isaacson, quien actualmente escribe un documento inédito que ha nombrado Leonardo da Vinci: the Biography. Según Isaacson el artista al recrear el orbe no lo pintó incluyendo la distorsión que se crea al mirar a través de este objeto transparente y sólido, aquellos objetos con los que no está en contacto. E cambio, pintó una especie de burbuja hueca de vidrio que no refracta ni distorsiona la luz.

Resulta aún más sorprendente el hecho de que en la etapa en que fue realizada la obra, el genio florentino profundizaba en sus estudios de óptica, con énfasis en los procesos de reflexión y refracción de la luz. Así que han empezado a aparecer teorías como la de que el orbe fue retratado de esa manera para evitar que los reflejos en él se convirtieran en una distracción dentro de la composición del cuadro. También hay quienes dudan de la autenticidad de la obra, argumentando que bien podría tratarse de un trabajo de excelente factura realizado por alguno de los discípulos de da Vinci.

Los representantes de Christie’s también tiene, por supuesto, su versión del asunto y han manifestado que el misterio y la ambigüedad son elementos distintivos de la obra de da Vinci. Con estos ires y venires de criterios la subasta programada para noviembre podría terminar siendo menos fructífera de lo esperado, sobre todo cuando se propagan rumores acerca la autenticidad de la pieza. A estas alturas la clave del misterio la tiene solo el genio florentino, fallecido hace casi medio milenio