Del deshielo al "rehielo"
Estados Unidos expulsó a 15 diplomáticos cubanos: la semana pasada ordenó la retirada del 60 por ciento del personal de su embajada en La Habana. Esto en respuesta a los supuestos ataques acústicos contra al menos 21 diplomáticos estadounidenses en la Isla caribeña. Igualmente pidió a los ciudadanos estadounidenses que no viajaran a Cuba, mientras ordenó la suspensión de la emisión de visados desde la representación diplomática. La decisión no sorprende y es vista en La Habana como una excusa de los estadounidenses para cerrar definitivamente la Embajada reabierta el 20 de julio de 2015, como parte del proceso de normalización de las relaciones bilaterales.
La historia viene rodando hace dos meses por la prensa norteamericana. Los misteriosos y no probados incidentes fueron hechos públicos por la gran prensa norteamericana, que explicaban que las causas fueron síntomas auditivos a diplomáticos estadounidenses en la isla. El secretario de Estado norteamericano ha dicho que hasta que el gobierno cubano no pueda garantizar la seguridad de los diplomáticos americanos en la Isla "Nuestra embajada quedará reducida a personal de emergencia".
Según el comunicado de las autoridades estadounidenses los funcionarios padecieron síntomas como problemas en el oído y pérdida de audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir. Sin embargo, el Departamento de Estado no ha confirmado hasta el momento que los supuestos ataques se hayan producido con algún tipo de dispositivo acústico. Llama la atención que no dejaron que terminaran las investigaciones sobre el hecho y tomaron la decisión.
Como redujeron personal los servicios se limitaron y se suspendieron indefinidamente la emisión de la mayoría de visados a cubanos. El presidente, Donald Trump, declaró que "cosas muy malas" les pasaron a diplomáticos estadounidenses que resultaron afectados por los "ataques" en Cuba. Segun AP, el mandatario añadió desde la Casa Blanca que huno un "gran problema" en la isla caribeña, mas no detalló quién consideraba era el culpable de la nueva crisis con La Habana.
Tillerson llegó a amenazar con cerrar la embajada en Cuba, la cual fue reabierta el 20 de julio del año 2015; la decisión fue calificada de "precipitada" por Cuba, mientras que el exilio en Miami lo aplaudió. El senador republicano Marco Rubio consideró la medida de "débil e inaceptable" y dijo que Washington debía expulsar a diplomáticos cubanos de Estados Unidos.
Desde La Habana señalaron que no se politizara el asunto y reiteraron que la solicitud de cooperar en la investigación en curso sobre los alegados incidentes.
